1. Esclava de uno, puta de todos


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo en Grupo Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster

    ... pero otras me era imposible. ¡¡ No daba abasto ¡! Igual que mi coño, la leche de uno servía de lubricante para el siguiente. Alguno se puso horcajadas encima de mí y me apretó fuerte las tetas para hacerse una cubana con ellas. Seguía recibiendo leche sin parar, el sudor, la saliva, el semen de todos esos machos se entremezclaban en mí haciéndome saborear el aroma del sexo en estado puro.Imaginaba a Luis contemplando esa escena, excitado como un loco, sé la pasión que siente por mí, y cómo disfruta con estas cosas y cuántas veces me ha dicho al oído mientras follamos cuanto le pone verme en los video que le grabo follando con otros. Este momento tendría que estar siendo bestial para él. Estos pensamientos me encendieron aún más y grité como una posesa: “¡¡ joder ¿es que no me vais a reventar el sucio culo de cerda que tengo? ¡¡¡Quiero que todos me jodáis el culo y me lo dejéis completamente destrozado!!!”Como la mecha que enciende la mascletá, mi culo se convirtió en el nuevo objetivo más codiciado de mi jauría. A cuatro patas, tumbada, dos pollas a la vez, con todos mis agujeros inundados, recibiendo a la vez más y más leche en todas las partes de mi cuerpo, mi boca atragantada con dos pollas perforándola, manotazos, palmadas y golpes. Casi perdí la noción, imposible recordar la sucesión de orgasmos que me inundaron. Jadeos, arañazos, gritos de ...
    ... dolor y de placer mezclados, mi cuerpo chorreando leche por todos lados.No sé cuánto tiempo estuvieron esos hombres desahogándose conmigo, pero cuando la virulencia de sus ataques empezó a decrecer, no sé, ¿una hora, hora y media después? Jorge Arteaga volvió a cogerme del collar, y como una atracción de feria que ha cumplido su función de divertir al personal tiró de mí hacia la habitación.Apenas tenía fuerzas para sostenerme en pie cuando me quitó la máscara delante del espejo. Pude ver a una vieja perra despeinada, con el maquillaje corrido por la cara, las tetas enrojecidas, los pezones casi en carne viva, resto de semen por la cara, el cuello, los brazos, los muslos chorreando flujos masculinos y femeninos sin distinción, el culo a punto de estallar, con palpitaciones que aún me hacían retorcer de vez en cuando. Observando esa imagen en el espejo, Jorge Arteaga, se acercó por detrás y me dijo: “¿sabes cuál es la mejor parte vieja zorra? Todos y cada uno de los hombres que estaban ahí, han sido sacados de tu lista de contactos del móvil. ¿Compañeros de trabajo, tus cuñados, los padres de los amiguitos de tus hijos, algún vecino, amigos muy cercanos?Ten por seguro que a partir de ahora todos tendrán una imagen muy, muy distinta de ti”Un escalofrío recorrió mi espalda al pensar en cómo mi marido acababa de convertirme en la puta de todos mis conocidos. 
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