1. En la playa


    Fecha: 15/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: ludico, Fuente: CuentoRelatos

    ... como siempre con un beso largo y húmedo y me retiré de ella, quedando los dos abrazados y exhaustos con mi polla aun goteando y su sexo soltando borbotones de semen. Permanecimos aún unos minutos así y sin mirar a las dunas (yo si disimuladamente) y nos acercamos a la orilla a lavarnos un poco. En eso estábamos cuando uno de nuestros espectadores (lo había visto saliendo de las dunas unos 50m. más allá) pasó por la orilla a nuestro lado mientras ella, de espaldas con el agua por encima de las rodillas, se lavaba el sexo quitándose los últimos vestigios del sexo que acabábamos de disfrutar los dos (bueno los tres). Al pasar a mi lado me miró e hizo una ligera inclinación de cabeza, como agradeciéndome el espectáculo, no pude por menos que mirar su polla que aún morcillona, mostraba claros signos de haber disfrutado hacía breves momentos, me sonrió y siguió su camino. Cuando se alejaba y ya con mi mujer a mi lado le comenté quien era el “paseante” y se rio, nos quedamos abrazados en la orilla mirando hacia el mar y poco después comenzamos a recoger y nos marchamos de la playa. Esa experiencia nos sirvió de estímulo muchas noches después recordando nuestro mirón y nuestra playa. Un día, alguna semana después, publiqué unas fotos de ella desnuda en la playa, hechas la tarde de nuestra historia y cual no fue mi sorpresa cuando uno de sus seguidores reconoció la playa, a ella y hasta el momento en que le había hecho las fotos. Era de nuestra misma zona y también frecuentaba ...
    ... nuestra playa y recordaba cómo mientras paseaba se había fijado en una pareja en la que él hacía fotos a una madurita con un gran culo y que no solo no le importaba si no que posaba coqueta para la cámara. Esa casualidad me dio muchísimo morbo, ya que había estado a nuestro lado sin saberlo ambos y también había disfrutado de las fotos que habíamos publicado, muchas de ella con imágenes muy explicitas. Sin embargo en ningún momento podía imaginar que ese admirador de mi mujer había visto nada más. Había pasado casi un mes y el verano ya era un recuerdo cuando coincidí en el chat con ese amigo, Chano le llamaré, como siempre mi mujer era el centro de la conversación y las fotos de la playa de esa tarde un morbo añadido ya que sin saberlo habíamos estado a escasos metros unos de otros. Chano era un mirón dunero, no de los molestos y pesados, pero si de los que disfrutaban observando situaciones más o menos morbosas. Llevábamos casi una hora chateando cuando le pregunte como habían ido sus pilladas veraniegas en la playa, me dijo que el verano había sido tranquilo y que sólo la final había sido testigo de un polvo playero por parte de una pareja, naturalmente y acordándome del mío le dije que me contara como había sido. Según iba contando me iba poniendo cada vez más nervioso ya que estaba describiendo “ce por be” mi polvo con mi mujer, yo me callaba y él seguía relatando desde su punto de vista: ”…Tenías que verla, una cuarentona de rodillas con un culo espectacular en pompa ...