1. Tía Silvia me hizo suyo


    Fecha: 26/05/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    Como subtítulo, bien podría completarlo con: “y la tía Silvia no es como la manuela” Los dieciocho años en la mochila de la vida, noviecito de Candela, una morocha de ojos grises, y un cuerpo como pocas en el liceo, me tiene loquito, anduve tratando de acercarme a ella durante todo un año y ahora que conseguí ponerme de novio no puedo mojar (tener sexo, coger) con ella. Me tiene re-re-caliente, en las visitas a su casa nos despedimos entre los arbustos del jardín, con la infaltable manuela (paja) que me sirve para mitigar la calentura que me produce su cercanía. Yo le doy alivio digitalizando su sexo, habilidoso concertista de argolla y clítoris. Candy me hace unas pajas de antología, pero como suele decirse “la paja no es como el trigo”, si bien me saca el afrecho (ganas de coger reprimidas) más urgente, no es lo mismo, en ocasiones quedo más caliente aún. Ya va un año, no puedo más con mi calentura, esa tarde fui a verla, no estaba, volví como perro, con el rabo entre las patas. - ¡Damián, ven! Era Silvia, vecina y tía de Candy, me invitaba a pasar a su casa. Sin nada mejor que hacer pasé al interior, me miraba de cerca, con afecto considerado y algo más, dijo: - ¿Qué te pasa?, te veo ojeroso y tristón. –voz cálida, de afecto, y siguió: - ¿No será que te faltan mimos, o será que mi sobrina no te da lo que me parece estás necesitando? - Ni todo ni nada. – Adiviné donde apuntaba. - ¿Te tiene a pan y agua… y sin carne? -ahora en sintonía, buscaba entrar en la confidencia ...
    ... caliente, decidí seguir el jueguito a ver que había detrás de todo esto. - Solo con la mano... y… eso se dice que… no es como el trigo, ¿me explico? - Descubriendo el juego, le di el pie que buscaba. Seguro que te explicas, y bien que te entiendo. Me tomó la cara entre sus manos, un beso de aquellos que te llevan a otra dimensión, realmente esta mujer sabía besar. Ese beso me hizo adulto, en un instante puede evaluar realmente lo que estaba necesitando, un macho cabrío para que le atienda esa almeja que se volvió virgen por falta de atención masculina. Me dejé llevar por la experta al dormitorio, me desnudó despacio, gozándome con las caricias que vestían mi piel. Despacio fue mostrando todas sus carnes, buenas de verdad, los cuarenta y pico le sentaban de maravilla, un físico privilegiado y las sesiones de gym, cuidado, las mamas delataban afecto al sol sin corpiño, el vientre casi sin rollitos, durita, vellos púbicos con cavado reciente, tostadita toda ella, excepto el triángulo del sexo. Para un muchacho como yo era un regalo para los ojos, toda ella una invitación al goce con este espléndido ejemplar de mujer, que ni en los momentos de mayor calentura hubiera podido fantasear estar con ella de la forma que estamos ahora, en su cuarto y a un paso de poseerla. Ella manejaba todo y bien, primero me llevó a su boca, engolosinada con el buen grosor de mi poronga (pija), en un momento me puso a punto de..., largué todo sin poder prevenirla, en la boca, tan caliente como una ...
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