1. Tía Silvia me hizo suyo


    Fecha: 26/05/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... ganaba por tres a cero, tan excitado y enojado que no podía acabar, cada orgasmo de ella me ponía más y más duro, el choto ya me dolía de tan duro que lo tenía, y la calentura se hacía insostenible. Silvia comenzaba a preocuparse por hacerme acabar, su boca recibía la intensidad de mis empellones descontrolados que producían alguna arcada, pero nada, la concha también dolorida y no podía. Nos tomamos un descanso, espacio para que trajera un refrigerio, sabía como ordenar las emociones. Volvió con un potecito con vaselina, se puso en el ano, primera vez que iba a acceder a mis pedidos reiterados y se negaba por temor al grosos del miembro. Evitaba entregar el marrón (el culo), una mala experiencia y el grosos de mi pija la intimidaban y temía no poder aguantar todo. – Te lo voy a dar, estoy convencida que con vos voy a poder liberarme de la aprensión que me produce, tengo confianza en ti y sé que me vas a tratar bien. Por favor despacio… Guiaba el proceso de sodomizarla, la cabeza del choto abría el anillo anal, aguantó el dolor, y… un poco más de carne, otro poco, y… todo adentro. Ahogó el dolor mordiendo la almohada, inmóvil, esperando el nuevo embate de la carne urgente que penetra en sus entrañas. Casi, arrodillada, una almohada bajo el vientre, se ofreció total, empujando hacia mí ayudando en la culeada, me dejé llevar por su calentura, los quejidos de Silvia se mezclaron con mis gemidos, un solo sonido, un solo deseo: Que acabara en su culo. Fue largo, a ella le pareció ...
    ... interminable, empujando y gozando al máximo llegué al borde del precipicio, largué todo en el abismo de su culito. Salió tanta leche, que Silvia diría después que a no ser por lo espeso y las dilataciones de la cabeza en la expulsión, hubiera pensado que le había orinado, tal la cantidad de semen. Seguro me pareció exagerado, pero en esos momentos lo sentí como el mayor de los mimos. Esta mujer sabía cómo tratarme, alfarera del sentimiento que está moldeando la humanidad de un joven para hacerlo hombre, valorarlo y darle su lugar. Tan demorado el polvo, me retuvo mucho tiempo dentro del culo, al salir de su cuerpo me sentí un hombre nuevo, más completo, más maduro. Quedó culo para arriba, literal y físicamente, yo tendido, de espaldas mirando el cielorraso, nuevamente enhiesta la pija, casi preparada para otro combate. Me limpió con una toalla húmeda, el próximo me vine en su boca. El fragor y la bronca puestas en la cogida me dejó exhausto, ella acompañó en el reposo del guerrero, por primera vez nos dormimos juntos. Al despertar el mañanero, luego el desayuno en la cocina y la despedida, seguía vestida de Eva. En la primera ocasión propicia me cogí a Candy, negó entregarse, en realidad fue técnicamente una violación, con el choto lleno de venganza, se debatió para zafar, gritando todo tipo de insultos, la coloqué boca abajo, sujetando de los cabellos, cual yegua que se resiste al padrillo en el servicio. Más que sexo era la venganza de haberme hecho cornudo, era el momento ...