1. Soy médico y mi paciente es mi mamá


    Fecha: 06/06/2018, Categorías: Incesto Anal Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    Hola soy Martin tengo 28 años y soy médico clínico, trabajo en un modesto hospital de la ciudad en donde vivo. Nací en esta pequeña ciudad de unos tres mil habitantes, casi nos conocemos todos, después de casarme tuve la oportunidad de ir a una ciudad más grande pero salió la oportunidad de una bacante en este hospital y lo tome, la verdad no me puedo quejar de mí trabajo. Era un lunes por la mañana y golpean a la puerta de mi consultorio, le digo que pase, era mi madre, no me sorprende, muchas veces pasa a visitarme cuando tiene que venir por el hospital, se atiende desde hace años con una doctora que lleva años trabajando en el lugar, esa semana ella no iba a estar en el hospital, se tomó unos días de vacaciones que tenía atrasados. -Hola Ma, ¿Qué haces tan temprano por acá? -Hola Martín. Vine a ver a mi doctora, necesitaba que me recete alguna pomada. -¿Necesitas alguna receta? ¿Te puedo ayudar? -Pero, no sé qué crema puede ser. -¿Cómo que no sabes? ¿No te lo había recetado antes? -No la verdad que no, por eso quería que me revisará antes. -Pero Ma, yo soy médico, te puedo ayudar -Pero me da vergüenza, sos mi hijo. -Dale Ma, me podes decir que te pasa, soy un profesional, no podes esperar a que llegue la doctora, recién viene la semana próxima. -Pero es algo un poco íntimo. -Dale Ma, no tengas vergüenza, ¿Qué te pasa? Por ahí te puedo dar algo sin revisarte. -Bueno, tengo una irritación en el ano o eso creo. Me arde cuando voy al baño o me pica casi todo el tiempo, por ...
    ... eso quería que me recete alguna pomada la doctora. -Bueno, pero no puedo recetarte cualquier cosa sin revisarte. Tengo que ver, no tengas vergüenza vas a ser una paciente más. -bueno hijo, ¿Qué hago? -mira sácate el jean y la ropa interior y acuéstate en la camilla. Mientras busco unos guantes y el espéculo que están acá al lado. Yo no podía creer que iba a ver desnuda a mi madre, ella tiene 54 años, siempre fue muy linda y todavía lo es, tiene un cuerpo de infarto y desde que quedo viuda, hace unos tres años, está mejor. Yo tendría que ser profesional, pero también soy un hombre y siempre me calentó, tal vez un Edipo mal resuelto, no lo sé, pero esta era una oportunidad que no podía dejar pasar. Regreso a mi consultorio, que no era muy grande, de unos dos metros de ancho por tres metros, donde hay una camilla a uno de los costados, un par de sillas, un pequeño escritorio y una balanza. Cuando abro la puerta la primera visión que tengo es la del culo desnudo de mi madre. Estaba acostada boca abajo sólo con una remera que le llegaba a la cintura. Yo trato de hacer como si fuera un culo desconocido, pero no veía la hora de empezarlo a meter mano. -Bueno Ma, haber arrodíllate en la camilla y levanta la cola. Me hizo caso y abrió bien el culo, la imagen era hermosa, estaba completamente depilada, el ano no era muy grande, diría que un pequeño ajito rosado, en esa posición podía ver sus labios vaginales brillosos, no sabía cómo hacer para no pasarle la lengua, trataba de pensar en ...
«123»