1. Soy médico y mi paciente es mi mamá


    Fecha: 06/06/2018, Categorías: Incesto Anal Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacer una paja. Cuando termino de trabajar en el hospital voy directo a un sex shop, decido comprarle un consolador para el ano, sería la sorpresa para mi mamá. Ni lo bajo del auto, no quiero que mi mujer se entere de lo que iba a hacer con su suegra, siempre le tuvo un poco de envidia y si se entera de lo que iba a hacer me mata. A la mañana siguiente decido pasar temprano por su casa. Casi no pude dormir pensando en ella. Toco el timbre y sale a recibirme. -Hola ¿Cómo estás? Llegaste temprano. -Sí, quería pasar antes de ir a trabajar -Bueno, pasa. Me da un beso en la boca, hacía mucho que no hacia esto. Estaba vestida con una bata y tenía el pelo mojado. -recién termino de bañarme. -quería ver como estabas, como tenías el ano. -¿Querés revisarlo? -Si, como quieras. -Bueno. Vamos a la habitación. La habitación está en la planta alta de la casa, ella camina delante de mí, yo voy detrás con el maletín en la mano. No puedo dejar de mirar como mueve el culo mientras sube las escaleras. Entramos a la habitación y sin decir una palabra se saca la bata y queda completamente desnuda. Se sube a la cama se pone en cuatro y mirándome por sobre su hombro me dice. -Así está bien. -Sí, si ahora te reviso. Me siento en la cama y sin ponerme guantes me unto el dedo con el lubricante y le meto el dedo. -Se siente mejor o te duele. -está mucho mejor. -Mira lo que te compré. Saco el consolador que llevo en el maletín y se lo muestro mientras sigo ...
    ... con el dedo en el culo. -jajajaja, ese era el regalo. Que loco. -es para que no uses cosas que te puedan lastimar. -jajaja, gracias hijo, pero me vas a tener que enseñar a usarlo, no me quiero lastimar, parece grande. -como no, es un gusto poder enseñarte, bueno relájate que voy a empezar. Le saco el dedo y le tomo el consolador, el ano ya estaba lubricado, arrimo la punta y entra con facilidad, da un pequeño quejido que rápidamente se transforma en suspiros. El consolador entraba y salía con facilidad, mientras aumentaba el ritmo, también aumentaban los gemidos, que eran casi gritos, comienza a eyacular con fuerza, parecía que se estaba orinando, pero no le importaba mojar toda la cama y a mí tampoco. Entre gritos casi descontrolados me dice. -dale métela por el culo, no aguantó más hijo, quiero que me rompas el culo. Sin decir palabra me saco la ropa y mi verga erecta salta de mi pantalón como un trampolín. Le arrimo la pija al culo y se la meto con fuerza, estábamos poseídos, nunca cogí a alguien con tanta fuerza. A mi mujer nunca le gusto el sexo anal. Era una experiencia hermosa. Acabamos juntos, saque la pija y le chorreaba el culo de leche, nos besamos con locura, no pasaron dos minutos que necesite metérsela de nuevo. Estuvimos hasta el mediodía cogiendo de todas formas posibles, pero el culo era lo mejor. Desde ese día a mi mamá la visito una o dos veces por semana y nuestra relación está unida por ese hermoso agujero rosado. 
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