1. La casa en la playa 16


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... Ezequiel se puso detrás de Matías y le bajó el short, y a partir de ese momento comenzaron a jugar a sacarse los shorts, corriendo uno para evitarlo, mientras los demás lo perseguían, pero era todos contra todos, y así alguna vez un perseguidor terminó con el culo al aire porque el que corría detrás de él cambiaba de presa. El que quedaba con el culo al aire, comenzaba a recibir fuertes palmadas en los cachetes, hasta que lograba subirse el short bajado , o recuperar el short quitado. Terminaron como no podía ser de otra manera, los cuatro en bolas, jugando, manoseándose, empujándose y revoleándose al agua hasta quedar extenuados. Al fin regresaron a la playa y se sentaron juntos sobre los toallones. Recuperaban el aliento y descansaban, alejados de todo morbo. Lucas sin embargo, recordaba la propuesta de la sobremesa, y con sólo pensarlo su culito empezó a cosquillear. No se animó a decir nada, pero con un suspiro de bienestar, se tumbó boca abajo en actitud de "descansar". Sus nalguitas tostadas y perfectas eran una tentación. Los demás se hicieron señas con los ojos y con gestos decidieron que comenzara Ezequiel. En silencio fueron a buscar una mochila y otra toalla. Te llegó la hora Luquita, -le dijo Matías, mientras lo levantaba de la cadera para que Jony le ubicara la mochila envuelta en la toalla debajo del pubis para levantarle la cola.- Qué orto, por Dios!, te vamos a dar de entrada lo mejor. Lucas giró la cabeza y vio como Ezequiel se estaba masturbando, mientras ...
    ... Jonathan le miraba la pija con ojos también deseosos y la botellita de lubricante en la mano. Le dio un poco de miedo, ni Antonio, ni Florentín le arrimaban en tamaño a Ezequiel, pero ya con el culito en posición y Jonathan lubricándolo con los dedos, era imposible volverse atrás. Ojalá que con la cremita culo roto fuera suficiente y que no tuvieran que llevarlo a coser un desgarro al hospi porque, pueblo chico, a la semana lo sabría todo San Clemente. Respiró hondo , se acordó de la broma ("si ves que la violación es inevitable, relájate y goza") , trató de relajarse y se quedó esperando la estocada respirando pausadamente. Eze se arrodilló detrás de él y le abrió las nalgas. El asterisco era perfecto, el color de la piel en la cara interna de sus nalgas no cambiaba en lo más mínimo, inclusive hasta llegar a la frontera del rosado natural del esfínter, de pliegues perfectos, sin un solo pelito, inmejorable, con apenas un mínimo huequito recuerdo de la culeada de Mati de la mañana. Agarró su inmensa herramienta, le apoyó la desmesurada cabeza en el esfinter y se quedó allí, sólo soltó las nalgas para que le rodearan el glande y lo mantuvieran en posición. Lucas sentía el calor de la pija de Eze en su puertita y tomaba nota que era mucho, pero mucho más gruesa que su anito, pero ya no le importaba. Ese calorcito ya lo hacía soñar con lo que vendría después del dolor inicial. El primer empujón fue infructuoso, no entraba. El segundo le arrancó un grito, pero no entró. Eze volvió ...
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