1. Camionero olor a polla..


    Fecha: 21/06/2018, Categorías: Gays Autor: brabitman, Fuente: xHamster

    ... manazas ensalivadas en un guante enorme y suave para mi capullo. La verdad es que era muy guapo ese intercambio de placer. La pequeña cabina se había llenado de olor a sexo de macho y me excitaba cantidad, los sobacos y el aliento de Tomás tan cerca, su piel, su pelo, olían cachondos para mí. Ya estábamos a punto, se notaba por la dureza de nuestras pollas y por la respiración de ambos. Entonces Tomás se irguió y acercando sus labios a mi capullo dejó caer un chorrito de saliva encima de mi pene. Creí que me derretía, toda su mano me acarició resbalando por esa humedad, cada vez más rápido, se oía el CHAS! CHAS! de la saliva contra mi columna desnuda y descapullada, aceleré yo también y al momento sentí cómo él suspiraba y un calor húmedo se derramaba encima de mi estómago, Tomás se corría de lado y me mojaba todo el ombligo y el pecho con semen caliente. Arqueando la espalda se la solté toda, vi subir el primer chorro muy alto, después tres, cuatro más, abundantes, de leche blanca y espesa que fue a parar a su estómago. Yo sabía que me estaba corriendo encima de otro hombre y me excitaba tanto que no podía parar de escupir leche. Seguimos acariciándonos las pollas hasta sacar las últimas gotas, como si no pudiéramos frenar la búsqueda del placer hasta el final. Tanto habíamos gozado. Luego nos echamos en el colchón y dejamos que el pequeño ventilador nos refrescara los cuerpos sudorosos. Nos dormimos así. Pegados uno al otro.Desperté yo primero, recuerdo que apenas sabía dónde me encontraba, el gran cuerpo de Tomás en pelotas y desparramado a mi lado, con las piernas abiertas. Su polla como una gorda salchicha había plegado la piel del capullo y le cubría la mitad del glande. Había algo obsceno en la exhibición del camionero dormido, con su pedazo de carne gordo y a medio descapullar y sus huevazos al aire libre, casi al alcance de mi mano. Las manchas de nuestras leches se habían secado sobre nuestros estómagos, pero se veían blancuzcas y brillantes como baba de caracol. Su pecho subía y bajaba acompañando a la respiración con sus tetillas de pezones oscuros por los que asomaba un botoncito de carne dura. Por efecto de la luz parecía que la barba le había crecido en ese rato y se le notaba la sombra oscura por la cara. El olor a polla ahora que no estábamos empalmados era más suave, más dulzón y refinado, me traía una suave excitación más mental que otra cosa. Me moví un poco para cambiar de postura y Tomás despertó. Me miró sonriente y consultó su reloj, debíamos irnos. Buscó sus calzoncillos y me los tiró a la cara riendo.- Póntelos...! Para que tengas un recuerdo de un colega caliente...! - Lo hice y está de más que diga que olían a cojones sudados. Él rebuscó en su propio bolso otros, que no estaban muy limpios tampoco, a juzgar por las manchas amarillentas de esperma y meos . Continuamos nuestro camino en slips. A mí los suyos me iban grandes pero me gustó el morbo de pensar que esa tela había aprisionado la suave piel de su polla enorme. ...
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