1. La asesora de Afore


    Fecha: 29/09/2017, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... calaba mucho, así que me la acomodé cuando ella volteaba y me decía lo lindos que estaban mis hijos en unas fotografías que están sobre mi escritorio. Cuando estaba por terminar ella volteó a mirarme y alcanzó a ver como me maniobraba, yo me solté rápidamente, pero sí me alcanzó a ver. Además ahora sí se me notaba perfectamente todo el bulto en la bragueta. Su incomodidad creció al doble y nos quedamos callados los dos. Luego me dijo que mejor se iba para la caseta, que allá esperaría al muchacho. Al ver que por vez primera se me salía del guacal, le dije con decisión que ya sabía ella que no me gustaba que nadie estuviera con los guardias y que yo la había invitado de buena gana a mi oficina. Se quedó inmóvil, casi ni quería respirar y se veía nerviosa. Me miraba a la cara fijamente, pero más que nada, se veía como se esforzaba para no voltear a mirarme el bultote que ya no se ocultaba para nada en mi pantalón. Al verla así, me empecé a agarrar la verga y los huevos enfrente de ella, ya estaba muy cachondo y no pensaba que ella fuera a hacerla de tos. Ella se recargó con un codo en el escritorio, se tomó la frente y empezó a llorar, le pregunté que qué le pasaba y me respondió que nunca pensó que yo fuera así. Yo no me dejaba de frotar el pantalón y ella sollozaba bajito, sin levantar la cara para verme. Le pregunté que a qué se refería y me volteó a mirar diciéndome con los ojos llenos de lagrimas que así, indicándome como yo me friccionaba la verga con ella enfrente. Yo ...
    ... le respondí que lo que quería era que me la mamara tantito, que mirara como la traía por su culpa, ella me miraba la bragueta con cara de sorpresa y de temor, pero no me respondía si sí o no. Me puse de pie y me desabroché el cinto y el cierre y me saqué la verga. Ella al verla se recargó en su mano de nuevo y agachó su cara para que el cabello se la tapara y esconderse aunque fuera así de mí. Yo le acerqué la verga y se la repasé por su pelo húmedo, entrando entre él y acariciándole una mejilla con la punta de la verga. Luego se la empujé en el oído y se lo froté con la cabeza del pene. Ella no volteó pero tampoco se retiró, dejándome ponerle la verga en la mejilla y en le oreja. Luego la tomé de la barbilla y le fui volteando la cara hasta que quedó de frente a mí y le puse la punta de la verga en los labios. Ya no lloraba pero traía lágrimas en la cara y le colgaban de la barbilla y las mejillas. Me miraba a los ojos y se dejaba hacer. Cuando le dije que abriera la boca se separó y me dijo que eso no le gustaba y que no me lo iba a hacer, haciendo el intento por levantarse. Yo fui y cerré la puerta con llave y regresé con ella. Ya se había levantado y había cambiado de lugar, estaba atrás de mi escritorio en mi lugar, mirándome asustada. Siempre hablándole de "usted", le dije que mejor se dejara, que pensara en todo lo que yo había hecho por ella y lo que iba a hacer todavía, que estaba muy necesitado y que me gustaba mucho. También sin tutearme, me dijo que para qué le ...
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