1. Marcela y Carolina


    Fecha: 22/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    ... Saqué mi mano de su sexo y me concentré en el camino. Cuando la recibimos a Marcela, dejé que Carolina la saludase primero y cuando yo lo hice me dijo “Por fin de vuelta”. Llegamos a la casa y nos fuimos a su habitación, mientras Carolina fue a la cocina a preparar la cena. Yo le ayudé a sacar y guardar la ropa limpia en el placar, dejando la sucia en un montón para luego llevarla al lavadero y luego como ella se acostó le hice unos masajes en las piernas y los pies. Estaba en eso cuando sonó el teléfono, era Carolina avisándonos que la comida estaba lista. Bajamos y luego de la cena, recogí los platos, Carolina se puso a lavarlos y Marcela, poniendo voz sexi, me dijo que me apure que me estaría esperando para hablar un rato. No bien sentí que ella cerró la puerta de su habitación le llevé, a Carolina, el último elemento a lavar y le dije “Hasta mañana”, ella se secó la manos y llevando sus labios a los míos me dio un profundo beso, mientras sus manos, abriendo el cierre de mis pantalones, liberaron mi verga y diciéndome “Métesela sin lavarla, así su concha sentirá mi gusto”, me la empezó a chupar. Casi me olvido que su madre me estaba esperando, pero el teléfono que sonó que trajo a la realidad, era mi secretaria para avisarme que al otro día no iría a la oficina porque se había doblado el pie y el médico le había recetado reposo. Le agradecí por haberme avisado, aunque en realidad quise agradecerle por haberme traído nuevamente a la realidad de que Marcela me estaba ...
    ... esperando. Hice levantar a Carolina, y mientras guardaba la pija, le di un beso y subí a la habitación de Marcela. Al abrir la puerta vi la cama vacía e inmediatamente pensé que Marcela podía habernos visto, pero como la luz del baño estaba encendida, deduje que allí estaría ella, por lo que hacia allí fui y cuando estaba por entrar salió Marcela vestida de conejita de Play Boy y, dándose vuelta, comenzó a mover su cadera para que se mueva el pompón que remataba su atuendo y me dijo “Esto te está esperando”. Me acerque a ella, y para disimular que venía con la pija dura por la mamada que me había hecho su hija, me bajé los pantalones y le dije “Y esta te estaba esperando a vos”. Ella inmediatamente se arrodilló y comenzó a chupármela y yo me recontra calenté porque la vi chupándome la verga que escasos minutos antes me había chupado su hija y acabé. Ella se tragó toda mi leche y me dijo “Mi amor, se nota que hace mucho que no coges, llegaste enseguida” a lo que le dije “Así es mi amor, estoy recaliente” y haciéndola levantar la comencé a besar y sacándole la ropa besé sus pechos y bajando por su pancita llegué hasta sus pies los cuales chupé deleitándome con todos y cada uno de sus dedos. Luego comencé a subir, dejándole marcado un camino húmedo con mi lengua en sus piernas y antes de llegar a sus labios, como en el viaje, anterior, desde sus pechos hasta sus pies, hice un alto en su clítoris, succionándolo reiteradamente, logrando que se retuerce de placer al tiempo que presionaba ...
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