1. Cómo me penetró el padre de mi amiga Esther


    Fecha: 23/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía de caliente). Luego lo accioné con el mando a distancia dejándome llevar... me corrí, pero no me sació. Recuerdo que pensé mientras me sacaba del chocho el consolador que: mi amiga estaba con su madre cenando, yo estaba caliente como una perra y, la polla del padre de Esther estaba zarandeándose limpia bajo el agua caliente, pensé, como algo imperioso, ¡que se la tenía que chupar!, y que no podía esperar. Fui hasta el baño sin remordimientos, buscando lo que deseaba tanto. Ya no se oía caer el agua; parecía oírse como Arturo se frotaba el cuerpo con la esponja mientras a la vez canturreaba canciones antiguas. Cogí de mi bolso una aguja de hacer punto, que es mi afición, la introduje por el agujerito de seguridad de la puerta y, al girar el pomo esta se abrió. Ya dentro, vi como Arturo se enjabonaba con una esponja; su pene colgaba muy crecido pero sin empalmar del todo, la espuma de jabón descendía blanca por su miembro haciendo que pareciera más oscuro aun, ¡como una autentica trompa! Don Arturo se giró y me miró sorprendido mostrándome su polla "de frente" cubierta de jabón; me dijo: —Margarita, yo creo que cerré bien la puerta; ¿cómo has entrado chica? —Con una aguja de punto que llevo en el bolso, señor. —No sé qué decir, ¿por qué?, Margarita. —Porque desde que soy amiga de su hija y vengo aquí, lo deseo mucho, señor. —Margarita, me siento halagado de que me deseas siendo tu tan joven y yo tan mayor, pero aunque desde que te veo desnuda en la piscina tengo que ...
    ... reconocer que te deseo también, solo pensar que me aproveche de una amiga de mi hija me hace sentir fatal; y si lo hacemos y mi hija se entera y me censura y se disgusta; eso para mí sería una gran deshonra y una vergüenza; Margarita mejor no. —Como quiera, pero no se estaría aprovechando de mí, puesto que tengo veintidós años y soy bastante madura, no soy ninguna cría y soy yo la que "lo ha buscado" a usted. Y por su hija, señor, le doy mi palabra de que si lo hacemos, será nuestro secreto y nunca se lo contaré a Esther. —Me tientas preciosa, pero, aun sintiendo mucho deseo, tengo aún más temor, chiquilla. —Vale, no lo haremos, pero como nuestro secreto y nuestro desahogo, ¿me deja usted chupársela un poco?, solo una chupada rápida. Don Arturo abrió mucho los ojos, bajó la cabeza y se miró la polla, una polla que palpitaba en el aire dando saltitos mientras se empalmaba, rápida y completamente. Tardó en responder, me humedecí los labios con la lengua esperando su respuesta, mientras lo miraba parpadeando con mis ojos color verde claro. El dudaba, y yo sin esperar su respuesta me arrodillé junto al filo de la bañera sin dejar de mirarlo a los ojos; él seguía allí de pie con su polla a la altura de mi boca sin responder, pero su pene en varios impulsos se puso tan duro que su glande brillaba gordo como una bombilla, ¡una barbaridad!, y las venas se marcaban brillantes en su "tronco"; al fin me dijo: —Vale Margarita, pero solo chúpamela un poco, "que a más no me atrevo". Don Arturo ...
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