1. Cómo me penetró el padre de mi amiga Esther


    Fecha: 23/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... deseo y de remordimiento cada vez mayor. Don Arturo era un hombre culto y amable, muy respetuoso. Yo sabía que desearme a mí, una chica de veintidós años en aquel entonces y, que visitaba su casa como amiga de su hija, rompía todos sus esquemas; y saberlo yo, hacía que me sintiera culpable por desearlo y por alentarlo. Algunas noches en aquella época soñaba con él, era un sueño recurrente; lo contaré: En ese sueño repetitivo veía desnudo a don Arturo, sobre su cama, su pene oscuro con piel plegada se había transformado en la trompa de un elefante, pero más pequeña, la cual movía a voluntad como si fuera un tercer brazo... en ese sueño yo me metía bajo sus sábanas y su trompa me abrazaba por la cintura y después me rozaba el sexo penetrándome y sintiendo yo como los pelos de su apéndice arañaban mi vagina. Ese sueño me excitaba mucho, mucho, mucho. (No sé su significado, si lo tiene: si alguien ve algún significado que me escriba y me lo diga, por favor). Una tarde cuando llegué a casa de Esther para estudiar me abrió la puerta su padre, me dijo: —Margarita, a mi mujer se le ha ocurrido de pronto ir de compras y se ha llevado a Esther; dice mi hija que estudies aquí sin ella, que los apuntes están en su habitación, que tardará poco. —Vale señor Arturo, gracias. Pasé a la habitación de Esther y me puse a estudiar; al poco me llegó un wasap de Esther que decía así: —Margarita, mama ha encontrado a unas amigas y cenaremos con ellas; no volveremos antes de la media noche, duerme ...
    ... en casa o que te acompañe mi padre a la tuya; ya se lo he dicho a él. Al poco entró en la habitación don Arturo, sostenía bajo el brazo su ropa interior limpia e iba en pijama; me dijo: —Margarita, Esther llegara tarde, me voy a dar una ducha y afeitarme y, cuando salga te acompaño a tu casa cuando tú me digas que has acabado de estudiar. —Vale, señor Arturo. No me dijo que me quedara y, vi en su rostro la tensión de saber que, si me decía de quedarme estaríamos los dos solos hasta las doce de la noche; ¡y solo eran las seis de la tarde! Entonces me invité yo misma diciéndole: —Señor Arturo, mejor me quedo a dormir aquí después de estudiar, si no le importa, luego duermo con Esther y mañana me voy —Al decir eso, llevaba yo una intención muy clara y me veía a mí misma como "una buscona", ahora que escribo todo lo que ocurrió aquel día, aún recuerdo lo zorra que me sentí. —Claro Margarita, como tú quieras, si deseas quedarte quédate bonita —dijo Arturo con una expresión emocionada, su rostro era como el de un niño ilusionado. Mientras estudiaba, escuchaba el agua caer en el baño, e imaginaba al señor Arturo bajo el agua, desnudo y con su "rabo oscuro" como la trompa de un elefante moviéndose bajo el agua. Solo de pensarlo, ¡la raja!, se me abrió como una hamburguesa en un pan y se me humedeció... Me quité las bragas, cogí de mi bolso el consolador pequeñito con forma oval y lo chupe, después me lo metí en el sexo de un solo achuchón (allí hubiera entrado lo que fuera tal como lo ...
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