1. Cómo me penetró el padre de mi amiga Esther


    Fecha: 23/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... fueron una liberación de mi lujuria y de mi sensualidad, ya que me encantaba exhibir mi cuerpo ante la vista de los demás, en aquel caso su padre, su madre y las criadas. Yo buscaba posturas en las que el padre de mi amiga me viera la rajita del chocho, ¿que como es mi chocho?, dicen que es como el cabello de ángel: mi pubis está muy poblado de pelos rizados pelirrojos, en cambio los labios mayores de mi sexo solo tienen pelusilla y destacan bastante, siendo claritos y abultados; no me da vergüenza describirme ya que me siento muy bien con mi cuerpo. Mi rostro está lleno de pecas, que dicen que me hacen muy guapa. Al bañarnos en la piscina me gustaba hacer inmersiones, en las que se me veía el bollo salido por detrás. También me sentaba en el borde de la piscina en posturas sugerentes, (para esas poses siempre he tenido "mano"). Me secaba el pelo mientras miraba al padre de mi amiga sentado en su hamaca; el me miraba, tragaba saliva, fumaba de su puro y se colocaba bien la pene bajo el bañador, visiblemente "crecido". Su mirada en esos momentos era de un deseo bestial hacia mí. A veces se bañaba con nosotras en la piscina, con bañador, y jugamos con él; en esos momentos procuraba yo rozar mi culo contra sus piernas y su bañador; el me esquivaba, al estar su hija delante. Un día le toqué "su bulto" bajo el agua simulando que fue sin querer —perdón don Arturo. Aquella vez mi deseo creció, al notar que bajo su bañador escondía "una buena pieza" estando en el agua fría. Con ...
    ... Esther nunca había tenido sexo, ella no es bisexual como yo; solo éramos buenas amigas, aunque en más de una ocasión me había preguntado qué se siente al "estar" con otra chica. Después de los calentones que yo cogía mostrándome desnuda a toda su familia, al servicio y a veces a invitados en la piscina, "sobre todo a su padre"; una noche de las que dormía en su casa y, estando caliente como una zorra, le propuse a Esther probar a tener algo íntimo las dos… no era lo suyo, no se sentía bien; pero por lo menos aquel día le comí el chochito hasta que se corrió, cosa que le dio mucha vergüenza que se lo hubiera provocado yo. Un día que estudiábamos en su casa fui a hacer pis al aseo y al abrir la puerta, que no tenía el pestillo puesto, encontré al padre de mi amiga haciendo pis: se había bajado el elástico de su slip y sostenía con su mano derecha un pene crecido pero no duro aún, un pene muy grueso y oscuro con pliegues en su gruesa piel. Al girar el cuello don Arturo y mirar mi expresión de sorpresa se lo guardó en su ropa interior "doblándolo para poder meterlo". Yo le dije: —Perdone usted, abrí sin llamar. —No te preocupes Margarita, creo que no cerré bien, perdona tu —dijo con su mano aún dentro de su slip colocándose "el aparato". Desde ese día, cada vez que el padre de mi amiga estaba presente, yo no podía dejar de recordar "su morcilla oscura", imaginando que esa pieza yacía enroscada en su bragueta mientras hablaba con él. La mirada de don Arturo hacia mí era una mezcla de ...
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