1. El terrible peso de la duda


    Fecha: 26/06/2018, Categorías: Infidelidad Hetero Autor: Rape2, Fuente: CuentoRelatos

    ... saboreaba ese exquisito manjar. A este tío le va a estallar la polla, pensé al ver lo dura que se le ponía y lo marcadas que tenía las venas con las lamidas de Sonia, pero no salió de allí ni una gota de leche. Después de jugar durante unos minutos con Sonia el Boy regresó a la tarima y después de recoger sus ropas desapareció tras el escenario. Nuevamente aplausos y murmullos, pero ahora la mayoría de las chicas teníamos los rostros desencajados y la cara roja de excitación. Yo notaba la humedad de mi sexo y en aquel momento hubiese dado lo que fuera por haber sido penetrada por aquella polla gigantesca, pero la fiesta en el restaurante había acabado y el autocar nos esperaba para llevarnos a una discoteca cercana. Pasó más o menos una hora entre que llegamos al sitio y nos distribuimos por el local con nuestras bebidas. Aquella calentura enfermiza parecía haber desaparecido dando paso a una sensación de euforia, probablemente debida al efecto del alcohol. Al principio no había demasiada gente en la pista. Como siempre, mis amigas y yo fuimos las que tuvimos que animar el cotarro. Comencé a bailar, y mientras lo hacía me encontraba genial. La música y yo habíamos conseguido entendernos de tal manera que nos compenetrábamos como uno solo. Poco a poco la gente se fue animando, la pista comenzó a estar llena y el calor se fue haciendo cada vez más intenso. Tan inmersa estaba en mis bailes y en el disfrute de la música que no me di cuenta de que alguien se estaba rozando conmigo ...
    ... hasta que ya fue demasiado evidente. Noté la contundencia de un bulto impactar contra mi trasero y entonces lo descubrí a él. Era el chico de la cena, el de las miraditas, que bailaba tan pegado a mí que con sus movimientos y los míos nuestros cuerpos se encontraban y chocaban. Si eso con lo que me has golpeado es tu polla debes estar bien servido, pensé mientras me limitaba a sonreírle nuevamente. Esta vez él me devolvió la sonrisa y continuamos bailando. Nuestros cuerpos se seguían rozando, al principio de manera sutil e involuntaria, luego cada vez más premeditadamente. Yo notaba el contacto de su piel con la mía. Ese chico era puro fuego, su piel ardía incluso al contacto de la mía que volvía a estar bastante caliente. En una de las canciones me agarró de las caderas y yo comencé a bailar con movimientos sexys y provocativos hasta que noté como sus manos dejaban la seguridad de mis caderas para buscar la textura de mis nalgas. Yo no dije nada, me encantaba sentirme bien agarradita. Además, como digo mi calentura volvía a ir en alza y sin darme cuenta estaba a punto de llegar a esa fina línea en la que ya no hay vuelta atrás. Sus manos comenzaron a moverse en círculos sobre mis nalgas, círculos cada vez más amplios. Imaginé qué era lo que pretendía hacer pero no traté de impedírselo en ningún momento. El boy de la cena había hecho bien su trabajo, sus manos en mi trasero ahora me lo recordaban de nuevo y él parecía saberlo. Volví a sentirme tan excitada, tan caliente como ...