1. El terrible peso de la duda


    Fecha: 26/06/2018, Categorías: Infidelidad Hetero Autor: Rape2, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba cansada y que me encontraba mal sólo sirvió durante unos días. Luego tuve que masturbarlo o hacerle alguna mamada pues él cada vez entendía menos mi repentina falta de apetito sexual. Un día no aguantó más y no se conformó con que le masturbara. Déjame, no me apetece. –le dije yo ante una insinuación suya. ¿Pero qué te pasa últimamente? Voy a empezar a sospechar que tienes a otro. No, -me apresuré a decir. No, no es eso, es que… ¿Es que qué? Nada, ya te lo diré cuando lo sepa yo. Anda, ven aquí. –dijo él a la vez que me envolvía entre sus brazos. No, de verdad, no puedo. Pero mis palabras no parecían tener valor para él y mediante caricias fue acallando mis negaciones y lamentaciones. Me sentí aún más culpable. Mi novio era dulce, sensible, comprensivo y cariñoso y yo le había engañado con alguien a de quien ni siquiera sabía su nombre. Sus caricias fueron cada vez más intensas hasta llegar al punto de que comencé a olvidarme del verdadero motivo por el que no quería hacer sexo con él. Agachado sobre mis muslos los lamía con voracidad de arriba abajo y de derecha a izquierda acercándose lentamente hacia mis ingles como solía hacer siempre que quería volverme loca de placer. Luego su lengua entraba en mi sexo, ...
    ... recorriéndolo de arriba abajo, introduciéndose por sus pliegues, ensalivando mi pequeña perlita que se ponía mucho más sensible a sus caricias. Comencé a gemir y a respirar con fuerza mientras con las manos apretaba su cabeza contra mi coño. El deseo reprimido de muchos días se escapaba ahora por mi entrepierna en forma de flujo y convertía mi sexo en un inmenso río de lava. Me corrí, me corrí otra vez, y una tercera antes de que mi chico se decidiera a perforarme el sexo. Lo hizo con suavidad, con delicadeza, como solía hacer desde aquella primera vez en casa de sus padres. Le gustaba montarme, abrazarme mientras me penetraba y sentir mi cuerpo junto al suyo caliente y sudoroso. Se vació en mí con la misma delicadeza con que me había hecho el amor y poco después se quedó profundamente dormido. Esa noche tampoco pegué ojo pese a estar exhausta. Las semanas que pasaron hasta que recibí los resultados del análisis fueron una auténtica pesadilla. Incluso me había preparado psicológicamente para confesar mi infidelidad en caso de que el resultado fuese positivo. Afortunadamente no fue así y resultó que estaba físicamente limpia, aunque no mentalmente y pese a que nunca le he confesado la verdad a mi novio creo que aprendí bien la lección. 
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