1. PARA MÍ ERA UNA MUJER SIMPÁTICA A PESAR DE SU INCONTINENCIA


    Fecha: 30/09/2017, Categorías: Incesto Autor: gonzo00, Fuente: RelatosEróticos

    Ella era una mujer no muy mayor, según me dijo tenía 49 años y yo le creí porque se veía de unos 45 años, es decir más joven de lo que ella decía tener, el caso es que era una mujer simpática y atractiva según mi parecer, ella no se encontraba ningún encanto ni interés femenino para un hombre o mujer. Pero era una mujer de buena estatura, ni gorda ni flaca, lo cierto es que su contextura y su estatura me parecían perfectas para una mujer de esa edad, y hasta me parecía atlética aunque ella decía que no practicaba ningún deporte. Era una mujer de buen vestir, educada y soltera, aparte que no tenía hijos, una mujer un poco solitaria, nunca quise preguntarla porque, pero para ella según me decía eran suficientes sus libros y sus lecturas por internet que es como nos habíamos conocido. Nuestras conversaciones eran agradables, en poco tiempo y como por arte de magia entramos en confianza, de escribirnos pasamos a tener video llamadas. Ella me confesó que todo lo que yo escribía en la página que me conoció la excitaba, y a momentos nuestras conversaciones se tornaban excitantes, todas esas cosas que le decía también la excitaban y cuando se notaba muy excitada ella cortaba amablemente la conversación y se marchaba, yo no podía entender porque de repente en el momento más excitante de nuestra conversación ella sentía la necesidad de marcharse, pero lo bueno es que ella siempre volvía, y con la amabilidad de siempre. Un buen día me propuse llevar la conversación al límite de la ...
    ... excitación, quería verla realmente excitada, entonces la empecé a sugestionar con mis palabras, ella rápidamente se comenzaba a excitar como era ya de costumbre. Con las palabras que le decía y en el tono que se lo decía ella empezaba a juntar sus muslos en medio, se le notaba la excitación en su expresión, me miraba fijamente con una sonrisa que lo decía todo, no decía nada, sólo bajaba sus manos y se las frotaba entre las piernas, ella estaba muy excitada. Yo no deje de hablarle como a ella le gustaba, y de repente sentí como se conmocionaba de placer encogiendo sus hombros sin dejar de tocarse en medio de los muslos muy cerca de sus entrepiernas. Hasta que asustada dejo de frotarse las piernas y se levantó de su asiento, volteo a mirar el asiento un poco alarmada, luego volvió a mirarme y no supo que decir, yo le pregunte qué es lo que le pasaba, ella no sabiendo que hacer se volvió a sentar casi desplomándose en el asiento. Y con voz segura me dijo que teníamos que hablar. Luego con una cierta resignación me lo confeso todo, ahí entendí su soledad y me sentí feliz de que la compartiera conmigo, entendí su soltería y porque a pesar de ser tan guapa y gustarle el sexo no tenía pareja, yo no tuve ningún problema en escucharla y en aceptarla tal como era, después de todo yo no tenía problema en cómo era ella. Para mí era una mujer como cualquier otra o quizá más simpática que cualquier otra. Una vez que aclaramos su situación ella ya no tuvo inconveniente de mostrarse tal cual es ...
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