1. Mireya y yo


    Fecha: 06/07/2018, Categorías: Confesiones Infidelidad Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos

    ... y la puse de espaldas a mi con las manos contra la pared. -Inclínate un poco más. Mireya obedeció todo sin chistar y me preguntó: Qué me vas a hacer? -Te voy a hacer mujer chiquita. -Ya soy mujer desde hace mucho mi amor. -Si?, desde cuando chiquita, cuéntame. -Lo hice anal a los catorce. -Entonces disfruta esta le dije con furia mientras se la dejé ir como si la odiara. -Te estoy faltando el respeto Mireya, te estoy cogiendo por detrás, como perra- le dije salvajemente. -Si mi amor, fáltame el respeto, abusa de mi, abusa de esta menor de edad que te estás cogiendo. -Te gusta mi palo? -Me encanta cabron, me saca el aire pero me encanta. Cógeme como hombre, más duro, más, mi vecino coge mejor que tú guey, dame duro. -También te coges a tu vecino putita? -Si, también, soy bien puta. -Dime chiquita, con cuantos has cogido, dime la verdad por favor. -Cómo veinte, contigo veintiuno. Estando en esas empecé a mayugarle el clítoris con la mayor rapidez que podía hasta que empezó a gritar: Me estás haciendo venirme, me estás haciendo venirme, hasta que se vino eructando gemidos ininteligibles de placer desbordado. La saqué de la regadera y comencé a violarla vaginalmente con todas mis fuerzas hasta que sentí que se me venía otro orgasmo. Rápidamente se la saqué me puse sobre su rostro y escupí todo mi dna sobre su cara, cabello y cuello. Le tomé una foto con mi celular y me quedé dormido. Despertamos a medio día ...
    ... por su celular que estaba sonando. Eran sus padres. Algo se sospechaban y la querían de regreso lo antes posible. -Quiero volver a verte Mireya, no quiero que esto haya sido la primera y última vez. Siempre he estado enamorado de ti- le dije mientras conducía rumbo a su casa. -Habíamos quedado en algo y espero tengas la palabra para cumplirlo, no me hagas enojar y tener que dejar tu amistad. -No entiendo por qué no podemos siquiera intentarlo. Sé que anoche disfrutaste, y mucho y no entiendo porque no repetirlo como novios, como amigos, como lo que tú quieras. -Qué no Julián, anoche fui muy precisa y tú estuviste de acuerdo, punto, ya, habla de otra cosa. Llegamos a nuestro destino y se bajó del coche. -Lo voy a pensar, sale?- me dijo antes de despedirse y entrar a su casa. Un mes después Mireya me habló diciéndome que quería hablar conmigo. Nos reunimos en un café en la Condesa. Esa tarde acordamos un tipo de relación que me permitiría seguirla viendo todos los días y gozar con ella de manera casual. El acuerdo fue que yo sería su novio, su novio fiel sin poder liarme con nadie más mientras que ella podría seguir igual que siempre, acostándose con quien quisiera las veces que quisiera y que como antes, si yo quería podía verla en ocasiones. El acuerdo funcionó más o menos bien y así anduvimos seis años hasta que el año pasado se convirtió en mi esposa fiel ahora si nada más para mi y somos muy felices. 
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