1. Mi ahijada Andrea. 3


    Fecha: 08/07/2018, Categorías: Hetero Autor: vicioso69, Fuente: SexoSinTabues

    ... tampoco lo rechazó, cosa que achaqué a su inexperiencia, por eso seguí besándola en los labios cada vez con más pasión hasta que ella entreabrió los suyos y empezó a devolverme los besos. Mi mano estrujaba sus pechos y pellizcaba sus pezones que ya estaban erectos y duros y ella ya no era una chica pasiva que se dejaba besar, me devolvía las mismas caricias que yo le hacía, abría la boca y mordía mis labios lo mismo que había hecho yo momentos antes. Nuestras lenguas se introducían en la boca del otro arrancándonos indescriptibles sensaciones de placer. Nos estábamos comiendo literalmente las bocas el uno al otro, nos mordíamos, nos chupábamos las lenguas y, aunque Andrea adolecía de inexperiencia, la suplía sobradamente con la pasión y la entrega que ponía, se colgó de mi cuello y me abrazó con fuerza a la par que me comía a besos para acabar metiendo su lengua en mi boca, aspirando la mía con sus labios y mordiéndomela en un arrebato de lujuria y deseo. Estaba tremendamente caliente y lo demostraba. Yo tenía una erección tremenda pero quería tomarme mi tiempo y alargar al máximo momentos tan placenteros. Nos sosegamos un instante, metí mi mano bajo su ropa interior y ella, sin que yo le dijera nada, abrió las piernas para facilitarme el acceso a su sexo. Estaba chorreando hasta el punto que las bragas también estaban mojadas, no podía disimular lo excitada que estaba. Le pregunté: ¿No te vas a quitar las braguitas? No había acabado de decirlo cuando Andrea arqueó la pelvis ...
    ... y deslizó sus braguitas por sus muslos hasta las rodillas, después elevó las piernas y acabó de sacárselas dejándolas caer al suelo. Estaba claro que deseaba tener sexo. La imagen de Andrea era puro erotismo. Sentada en la cama, esperando mis indicaciones vestida sólo con una camiseta, con las piernas flexionadas juntas en las rodillas y separadas en los pies, como en cuclillas, con lo que su coñito de adolescente aparecía aprisionado entre sus muslos con su rajita cerrada y coqueta ocultando el tesoro que guardaba en su interior. Yo estaba de rodillas en la cama frente a ella masajeándome la verga muy despacio, de la que no cesaban de salir grandes gotas de líquido preseminal que caían a la sábana. Andrea no era consciente de la carga erótica que tenía su pose. Yo no podía dejar de mirar su chochito apretadito entre sus muslos, lo que hacía que los labios aparecieran gordezuelos y observé que de la parte inferior de su rajita salía una estela brillante y transparente que llegaba hasta su ano y que identifiqué como sus juguitos que se desbordaban y escurrían fuera de su vulva. Le dije: Me gustaría verte el chochito bien abierto. Ella separó las piernas y se inclinó hacia atrás apoyándose en ambas manos como cuando se toma el sol en la playa y me mostró su coñito, cuya rajita se entreabrió un poco en su parte inferior pero sin dejar al descubierto el interior, confirmando que la estela transparente eran los juguitos que salían de su chochito, pues al abrirse su rajita fluyeron ...
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