1. Sopa de gemelas


    Fecha: 11/07/2018, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... la abuela al pinche culo del mundo.Y para amolarla cocinaba del carajo. ¡De verdad! Luego hasta la saliva se le escurre de la boca desdentada mientras cocina, y claro, cae en lo que esté preparando... huácala. Cuando veo eso ya mejor me compro unas Maruchan. Ella me toma a mal que le deje la comida, pero... bueno, eso me da asco, la verdad. Pobre, por cosas así nadie más se quiere quedar a acompañarla. Ni modo, si una buena acción haré en toda mi vida será por lo menos esa, acompañar a la abuela.Pero bueno, en uno de esos días aburridos, recargado en el viejo mostrador y viendo a la calle; donde sólo veía pasar a señoras que por regla general estaban planas de nalgas y fofas de pechos (nada prometedor); que noto que la calle se iba nutriendo cada vez más de colegiales. Eran chicos y chicas de secu, y es que había una muy cerca, prácticamente a la vuelta de la esquina, pero no me había llamado la atención pues habían estado de vacaciones. Sin embargo, ahora regresaban a clases.Fue un cambio notable en la rutina diaria. Me gustaba mirar a tantas chamaquitas tan prometedoras a la salida de clases. A esa edad, muchas de ellas aún tenían la bendición de la juventud. Qué diferencia con sus madres, ellas sí tenían chispa, una fresca belleza. Era como si la naturaleza las pusiera a punto para atraer fácilmente al sexo opuesto, pero sólo en esa etapa y luego... pues bueno, la perderían. A la naturaleza sólo le importa que cumplan con su rol en la vida, ni hablar, así de cruda es.Y ...
    ... así, malviendo a las chamacas, que me enamoro. Eran dos chicas que además de su belleza resaltaban por ser... ¡sí, gemelas! Las dos igualmente sabrosas y con una cachondería propia de su edad.Total que, a partir de ese día, siempre trataba de mirarlas. Para mi fortuna habitualmente las veía justo frente al negocio, pues ahí delante hay una tienda donde se reúnen los colegiales a comprar chucherías, y ellas solían sentarse en la banqueta a platicar, o mensajear con sus celulares.Yo; para qué mentir; ya me hacía chaquetas a diario por las noches, totalmente dedicadas a las hermanas. En la cama recordaba su tono moreno de piel; sus labios bien llenitos de carne, hechos para besar y mamar; sus tersas mejillas; sus marcadas curvas en piernas, caderas y pechos. Dos chicas colegiales, chaparritas y caderonas, que estaban en su punto. En su justo momento para ser exprimidas; saboreadas; chupeteadas, listas para sacarles todo el jugo que sus tiernos cuerpos pudieran brindar; deleitarse con ellas.Y es que me las imaginaba bien apretaditas; calientitas y, quizás... sí, quizás hasta sin estrenar. Con esas morenas carnes debían tener un temperamento sexual a punto de despertar. Aquello pronto estaría por amenazar cualquier inocencia que les quedara, pero en una población como esa aún había esperanza. Quizás por las viejas costumbres aún no las habían tocado, quizás...Pero bueno, lo cierto es que, aunque no fueran inmaculadas, sí que se antojaban. Y, en uno de tantos días de aburrición, que ...
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