1. Anahí dulce y morena pasión


    Fecha: 11/07/2018, Categorías: Sexo con Maduras Erotismo y Amor Autor: Gabriel351, Fuente: CuentoRelatos

    ... su debilidad, luego de un rato giró y nos besamos en la boca mientras ella masturbaba mi pene, luego nos secamos. Yo sujeté su mano cuando salió de la ducha y se sentó en el borde de la bañera para poder secarse los pies, yo me arrodillé delante de ella y besé lamí y mordisquee sus pezones en medio de su gemidos de placer. Mientras nos besábamos, yo acariciaba su concha. Luego ella se arrodilló delante de mí, tomó mi pene y lo llevó a su boca y comenzó a lamerlo, para lentamente devorarlo con su boca, lamerlo y succionarlo. Luego la alcé ella se subió a mí entrelazando con sus piernas mi cintura, yo la sujeté por su cola y en medio de besos apasionados volvimos a la habitación. Al llegar fuimos a visitar el pequeño jardín, tenía flores artificiales, ella se sentó en uno de los desniveles y yo me arrodille delante de ella, para comenzar a besar su concha, lamer su vagina, introducir mi lengua en ella, y saborear el néctar de sus efluvios, todo en medio de gemidos de pasión. Segundos después se incorporó, me abrazó me beso con desesperación y dijo: A- Sos lo mejor que me pasó en la vida, te amo, me siento plena como mujer, me enloquecen tus besos, tus caricias, estoy loca por vos. Volvimos a la habitación abrazados y besándonos, me acosté sobre la cama y ella sobre mí, tomé su cuerpo y empezamos a besarnos dulcemente con ...
    ... pasión. Luego bajó por mi cuerpo hasta apoderarse con su boca de mi erecto pene y lo empezó a lamer con mucha dulzura, absorbiéndolo lentamente como saboreando cada milímetro que entraba a su boca. Luego montó sobre mí, introdujo mi pene en su vagina, apoyó sus manos sujetando la cabecera de la cama y me cabalgo, mientras yo por momentos besaba sus tetas, lego ella se echó sobre mi cuerpo y nos besamos durante varios minutos mientras su vagina recorría mi pene, luego apoyó sus manos a los costados de mi cuerpo, acariciaba su espalda y seguíamos besándonos. Nuestros movimientos se aceleraron, nuestra respiración y nuestras palabras sonaban entrecortadas por nuestra agitación, el final se aproximaba inexorablemente ella se incorporó, nos tomamos de las manos y segundos después nuestros cuerpos estallaron en un sinfín de convulsiones y nuestros cuerpos unidos disfrutando ese momento sublime, en los que los dos nos entregábamos en cuerpo y alma. Seguimos disfrutando ese momento hasta que el teléfono nos anunció el final del turno, nos vestimos y nos fuimos abrazados y besándonos a casa. Ella se quedó en casa, volvimos a tener sexo dos veces más. Así comenzó todo hasta distanciarse, sin que ninguno propusiera un final que nunca existió, porque en realidad Anahí y yo esporádicamente continuamos la relación que surgió entre nosotros. 
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