1. Deliciosa sobrina (I)


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Incesto Masturbación Autor: dandar, Fuente: CuentoRelatos

    ... no demos más vueltas; andá a tu cuarto y ponete la ropa más cómoda. Yo me acuerdo que cuando te visitaba siempre estabas descalza, con calza corta y pupera. ¿Las trajiste? - Si, las traje… ¿En serio no te molesta tío? - Dale. Anda cambiate… La piba fue a su dormitorio y cinco minutos después regresó al living y se plantó delante del sillón en donde estaba sentado, a menos de un metro. Quedé boquiabierto: el pantaloncito de adolescente ya le quedaba chico, por lo que se pegaba a las curvas de sus caderas, cola y entrepierna. Una pendeja descomunal, yegüita desparramando sexo. Me asaltaron deseos de cogerla, por mi mente me vi arrodillado, chupando, lamiendo su conchita… - ¿Qué pasa tío? ¿Por qué te quedaste callado? Si, ya sé; me ves gorda, te parezco fea; mejor me voy a acostar… - exclamó compungida, girando su cuerpazo en retirada. Entonces reaccioné. Me levanté rápidamente del sillón y avancé hacia Sele, diciéndole sin pensar: - ¡No! ¡Sos bella, amorcito! La brusquedad de mi movimiento coincidió con su quietud, logrando que la atropellase. Involuntariamente mi cuerpo quedó pegado a su espalda, y la tremenda erección apoyada contra su culo. Todo sucedió en un segundo, sentí una rara mezcla de excitación, deseo, y vergüenza. - ¡Uy…! Perdón Sele… - proferí y di un paso hacia atrás. - No tío, abrazame, me siento sola… ¿En serio me dijiste bella? ¿Y amorcito? ¡Qué lindo! Así me decía mi papi… - sostuvo, y se apretó contra mí. No tuve más alternativa que abrazarla ...
    ... “paternalmente”. Con mi pedazo al palo apoyado sobre su vientre. Ella parecía no darse cuenta. Reprimí el impulso de arrancarle calza y remera y cogerla. Pero su actitud era la de una niña. En cuerpo salvaje. Pocos minutos después nos despedimos con un casto beso y fuimos a nuestros respectivos cuartos. Disfrutándola Apenas entré a mi dormitorio, me desnudé, prendí la notebook, busqué las fotos de Sele y mi colección de putitas y me tire a la cama para descargar la calentura acumulada. Tras la acabada, me dormí. Eran las 2 cuando desperté con ganas de mear. Salí en bolas y advertí abierta la puerta de la habitación de Sele. Me había dicho que no le gustaba dormir encerrada. Oriné, lavé mis dientes y caminé hacia mi cama. De reojo miré el lecho de Sele. Al ver un culito delicioso me acerqué hasta el marco de la abertura. ¡Qué pendeja hermosa! Dormía recostada sobre su costado derecho, destapada, con la bombachita metida entre sus nalgas. Me mordí los labios, mirando la belleza de mi sobrina. La pija se levantó; quería metérsela, era imposible: además de ser la hija de mi hermana menor, era 34 años mayor que ella. Necesitaba otra paja. Antes iba a fotografiar ese precioso orto. Busqué la cámara y el trípode, para prescindir del flash. Mientras tomaba las imágenes, Sele se movió agitada. Mi corazón pareció detenerse. Imaginé a mi sobrina abriendo los ojos, mirándome desnudo a su lado, la expresión lujuriosa, con la poronga parada, sacándole fotos. Gritaría aterrada y escandalizada, me diría ...