1. La reeducación de Areana (16)


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... cachorra, ocupate de mi concha. Y pobres de ustedes si no lo hacen bien, porque entonces les doy con el rebenque hasta despellejarlas. Abrió las piernas y Eva y Areana se abocaron al menester que les había sido ordenado. Ambas lenguas eran expertas. Eva separó ambas nalgas y tras mirar por un par de segundos el objetivo puso en acción su lengua, primero lamiendo hasta que de pronto la hundió, rìgida y precisa, en el pequeño orificio lo más que pudo. La visitante lanzó un gemido y tembló de pies a cabeza mientras Areana le regalaba veloces lamidas entre los labios externos de la concha, que había comenzado a derramar flujo. La putita capturó de pronto el clítoris hinchado y rojo entre sus labios y comenzó a succionarlo, con lo cual logró que la señora Constanza comenzara a jadear cada vez más fuerte hasta prorrumpir en alaridos mientras la lengua de Eva seguía horadando su ano y por momentos dándole lentas y largas lamidas a lo largo de la zanja entre ambas nalgas. No pasó mucho tiempo hasta que la señora Constanza comenzó a temblar, a gemir y jadear cada vez más fuerte mientras sus piernas vacilaban. Por fin, cayó incapaz de sostenerse mientras explotaba en un violento orgasmo. Quedó de espaldas en la cama, resoplando, y momentos después le dijo a Areana, que aguardaba en cuatro patas, inmóvil junto a su madre: -Vení, pichona, limpiame bien la concha con esa lengüita endiablada que tenés. Areana se inclinó entre las piernas de la visitante y comenzó a beber su orgasmo hasta ...
    ... no dejar ni una gota. La señora disfrutaba de esa lengua en tanto sentía que una dulce laxitud iba ganándola. “¡Voy a quedarme dormida!”, pensó alarmada y al consultar la hora en su reloj de muñeca vio que vio que quedaban apenas diez minutos para el final de la sesión. Apartó entonces a Areana, se incorporó con esfuerzo y se hizo vestir por la niña. A las cuatro en punto abandonó la habitación en el momento en que Milena estaba por llamar a la puerta. Ambas intercambiaron una mirada caliente durante la cual la señora Constanza tomó ambas manos de la joven entre las suyas y le dijo: -¿Vas a consultar?... Milena dejó sus manos apresadas por las manos de la señora, le sostuvo la mirada y susurró acercando su rostro al de la mujer: -Sí, voy a pedir permiso… -Contame a quién… -No sea curiosa, mami… -Es que me resulta excitante eso de que tengas que pedir permiso… -Bueno, ¿lo pasó bien con las putas? –preguntó Milena para desviar la conversación, porque sabía muy bien que no debía hablar de Amalia y su relación con ella. La señora lanzó un suspiro resignado: -Sí, claro, son muy buenos ejemplares, pero me intriga que las entreguen gratis. ¿Por qué no les sacan el jugo? Milena libró sus manos y un gesto de cierto fastidio se dibujó en su rostro: -Ay, basta, no pregunte tanto. Vamos, que las perras tienen que descansar hasta que llegue la pròxima visita. -Está bien, perdoname, bombona… -dijo la mujer arrepentida de haber molestado a Milena, no por consideración a ella sino temiendo ...
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