1. Relato: Educando a Marta


    Fecha: 16/07/2018, Categorías: Fetichismo Voyerismo Sexo Duro Autor: Dan-Underground, Fuente: xHamster

    ... los huevos. Empieza. No esperes, o tendré que follarte la boca.Ella obedeció, aunque supe que la alternativa que le ofrecí también le resultaba tentadora.Dejé que engullera mi miembro, muy tieso a estas alturas, venoso, palpitante. Cimbreaba en su boca, con sus lengüetazos apresurados. Llenaba aquel agujero como sólo podía hacerlo algo que encajase a la perfección. A los pocos segundos, saqué mi polla de su boca y golpeé varias veces las mejillas de Marta, a ambos lados. Después, asiéndola de la nuca y la cabeza, hice que restregase su cara por toda mi barra de carne. La volví a dejar mamar, después de apretarme la base y el tronco del pene para que ella lo sintiera a punto de explotar. Cuando empezaba a gemir con toda la forma de la verga en la cara, la puse en pie, sólo para arrojarla -con cuidado e incluso cierta precisión- a la pared más cercana y empezar a jodérmela allí mismo. La embestí, suave al principio, con todas mis fuerzas después. La pasión desgarradora con la que me introducía en su coño pronto hizo que la pared resultara limitadora e incómoda, por lo que la conduje a mi habitación, oscura y con decoración de colores fríos. Se me ocurrió que, dado que ya la había exhibido, podía terminar follándomela frente a la ventana abierta, de modo que su cara, extasiada por el placer, asomase a la ...
    ... calle desde aquel tercer piso. No opuso resistencia. Sólo cuando no podía controlar sus gemidos ni su expresión, pareció preocuparse por un momento, arguyendo:– ¿Y si nos ve alguien?–No nos verán a estas horas. Pero, oye… –conseguí decir entre jadeos–. Dime, ¿qué crees que pasará si nos ve alguien?–Ahhh… Que… Que se… Tocarán. Y se pajearán, mirando cómo se la hincas a tu guarra.–Eso es, Marta, zorrita mía. Eso es lo que harán. ¿Algún problema?Ella no respondió. Se había perdido. Sus ojos estaban cerrados y su boca muy abierta no paraba de gemir.-¿Algún problema? –repetí.–N-no… No. Que nos vean. Que se pajeen y me usen como objeto en sus fantasías si quieren.–Y que derramen sus fluidos viéndote.Sonreí. La había emputecido cuanto me apetecía esa noche. Aunque quizás, todavía hiciera falta un poco más. Al cabo de largos minutos, salí de su coño y la arrodillé ante mí. Me corrí en toda la cara de Marta, cuatro chorros cargados de semen. Volví a levantarla y, aún con la cara cubierta de esperma, la abracé desde un lado, situándome a su derecha… Mientras dejaba que cualquiera que estuviera mirando, llegase a contemplar el resplandor blanquecino con el que las luces de ciudad bañaron la cara de Marta, ahora cubierta de mi semilla recién exprimida.Y después, la besé tiernamente. La noche aún no había llegado a su fin. 
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