Un Secreto Entre Mi Hermana y Yo… - Relatos Eróticos

Un Secreto Entre Mi Hermana y Yo…

... entonces me puso de pie encima de la cama, puso mi mano sobre su cabeza y chupo mi pene como loca, parecía que lo estaba haciendo en forma de agradecimiento, estuvo así hasta que sentí ese cosquilleo de nuevo, y como la ves pasada me dio un beso rápido en la boca y uno en mi pene, de nuevo tomo una toalla, se dio una ducha y el día transcurrió como si nada. El resto de la semana fue exactamente igual, cuando llegaba de la escuela me leía un cuento, fingía dormir y terminábamos haciendo lo mismo, lo que más me gustaba era que se despidiera de mi dándome un beso rápido en la boca y luego uno en mi pene. Después de casi una semana, una mañana antes de irme a la escuela ella me dijo… —Que te valla bien Chris. Hoy te tengo un cuento muy bueno para cuando llegues de la escuela… Yo me emocione y las horas en la escuela se hicieron eternas, en la tarde al acabar las clases fui el primero en subirme al autobús para ir a casa, cuando llegue, mi hermana estaba “dormida” sobre el sofá de la sala y yo obviamente ya sabia que hacer, me acerque a ella, tome su mano y la puse sobre mi pene, ella instantáneamente me quito el pantalón y siguiendo acostada en el sofá y con los ojos cerrados, comenzó a chuparme el pene, solo que esta vez la notaba más rara, comenzó a hablar y decir cosas en un tono que me gustaba mucho, ella decía… —Si mi amor, que rico sabe tu cosita, tócame aquí (poniendo mi mano entre sus piernas y la otra en su pecho) te gusta? A mí eso me gustaba mucho asi que decía que si ...

... mientras tocaba su cuerpo, después de eso ella se paró ya sin fingir estar dormida se quitó la ropa, me quito la mía y me dijo… —Ben mi amor, lámeme aquí abajito que eso me gusta mucho. Ella abrió sus piernas y con delicadeza me llevo hasta en medio de ellas y lamí el mismo punto como la vez pasada, mi hermana se movía y gemía, pasados pocos minutos me aparto de ella y me dijo… —Ahora vamos a hacer otra cosa, OK? Yo la mire y moví mi cabeza asertivamente, me dijo que me parara y me tomo por mi pene, me acerco a ella y me dijo con una voz muy tierna… —Me vas a meter tu cosita en el hoyito que tengo aquí abajo, pero si no te gusta me dices, para ya no hacerlo más, OK? Dije que sí y entonces llevo mi pene hasta ese huequito que me gustaba tanto en medio de sus piernas y metió la punta de mi pene que se pelo de inmediato, eso me dolió un poco pero no dije nada porque sabía que iba a parar, mi hermana me miro, me sonrió y me dijo… —Te gusta mi amor, No te estoy lastimando? —No, estoy bien. Entonces al ver que me gustaba metió mi pene completo, fue una sensación incomparable que en mis pocos años de vida en ese entonces nunca había sentido, ella apretaba mi pene con su interior y eso me encantaba, y como ella era consiente que por mi edad me podía lastimar me dijo… —No me lo saques mi amor, muévete de arriba hacia abajo —Así? —Sí, así nene, dame tu palito Estábamos en la clásica posición del misionero, yo estaba recostado sobre ella y usaba sus pechos como almohadas, mientras yo me ...