1. Nuestro primer trio 8


    Fecha: 23/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... abundantes descargas de semen, aún era toda una proeza devorar la vergota del padrastro . Yo pensé en ese momento que, si Fernandito se la había comido sin chistar, eran pocas las posibilidades de que al afeminado chico esa monstrusidad le causase mayor problema en la penetración. Todos vimos como usando su maestría sexual, Roberto hacía que su esfínter se abriese hasta el tope y se acomodaba para recibir las estocadas de carne. El padrastro fue entrando en el lentamente pero sin detenerse. Mientras entraba en su jugoso recto, el semen que le servía de lubricante escapaba por las paredes mientras sonaba como un prolongado y jugoso pedo. Cuando hizo fondo, Roberto profirió un largo gemido, entre placer y dolor y se dejo culear sin moverse. Fue totalmente pasivo y sumiso. lo que hizo que el padrastro le agarrase por las caderas y, usándolas como verdaderas manillas, le comenzase a culear duro duro. Esta vez el padrastro se demoró un buen rato en acabar y cuando lo hizo, se dejó caer acezando en la espalda de Roberto mientras el pene se reducía de tamaño, hasta salirse solo desde el interior del delicado joven. Mientras eso ocurría nos decía a todos "ahora si cagué, no soy capaz de volver a culear en un buen rato". lo que nos hizo reír a todos, menos a Román, quien observaba el cuadro sentado en un sillón, fumando y, con evidentes señales de estar sufriendo un mal disimulado ataque de celos. Como ya había pasado casi toda la tarde, Fernandito y yo nos fuimos al baño y nos ...
    ... aseamos superficialmente para irnos a nuestras casas. En ese momento, el padrastro nos ofreció una toallas femeninas tipo Lady San para que no fuéramos a manchar la ropa interior y pantalones con el semen que aun faltaba por escurrir desde nuestros cuerpos y eso despertase las sospechas en casa. Una vez vestidos regresamos al dormitorio donde aun permanecían desnudos conversando Román, Carlos y Roberto. Nos despedimos de ellos con delicados besitos en las mejillas y mientras el padrastro nos acompañaba a la puerta de calle, nos despedía con un largo beso con lengua a cada uno al mismo tiempo que nos pasaba un papelito donde estaba escrito su teléfono y su nombre; Angel. Al fin sabíamos como se llamaba. Antes de cerrar la puerta de calle nos dijo a ambos, llamen antes y vuelvan cuando quieran pero no dejen de llamar antes para yo despachar a la servidumbre y poder estar tranquilitos. Pueden venir los dos juntitos o de a uno. Igual lo pasaremos bien y nos despidió al final a cada uno con una suave y cariñosa palmada en el poto. Tomamos la micro e regreso a casa y no obstante que estábamos bastante cansados, hicimos todo el recorrido de pie. No éramos capaces de sentarnos. Nos dolían y ardían demasiado nuestros potitos por la rica experiencia vivida. Con Fernandito nos juramentamos para regresar otra vez, eso si solos para no causar celos en Román. Llegamos a nuestras respectivas casas y antes de dormirnos, nos llamamos por teléfono con Fernandito , así como para sentir que la ...