1. La tía Lilian (par 2) Primer e irrepetible encuentro de sexo


    Fecha: 06/08/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... intrusión de un miembro en desarmonía con la estrechez del ano. Este acto es la forma más primitiva del instinto, el macho lucha con la hembra por es la única forma de hacerle sentir la fuerza de la naturaleza, también en este caso, obviando las motivaciones, son dos seres en su momento más primario del deseo, el macho se impone por la fuerza, la hembra termina accediendo a las pretensiones del dominador, cuando él inicia el movimiento de penetración comprende la inutilidad de resistir, entiende que acceder a los requerimientos del su hombre es mejor para ambos. De ese modo entiendo que sucedieron los hechos cuando comencé a penetrarla. Recién ahí voy tomando conciencia del grosor del miembro y de lo estrecho de Lilian, la penetro despacio, lento, entiendo que haciendo pausas le voy dando el tiempo para acomodarse a la relación. Voy leyendo los mensajes corporales, no hay palabras de ella, la calentura atroz que me posesiona, creo entender su aceptación ante lo inevitable, tampoco me considero un desalmado y creo que lo mejor es apurar el trámite de venirme. La calentura a mil, me hace acelerar los tiempo, voy entrando y moviéndome dentro del estrecho culito, me agito sin prisa, pero sin pausa, el semen ya está presto, comenzando a caminar hacia la libertad. Un par de golpetazos enérgicos y profundos son el momento del final. Me surgió un bufido extremo, como la liberación de la presión interna y la esperma brotó con la fuerza de un ciclón, un par de movimientos bastaron ...
    ... para vaciarme todo dentro. El final feliz del hombre era el final de la sumisión de Lilian, me retuve para evitar la molestia de sacarla en erección a pleno, mientras disminuían los latidos también la turgencia. Me retiro despacio y con esa retirada se afloja la calentura que me había obnubilado el sentido de la tolerancia y la prudencia. Haberla sacado de su carne fue como la revelación de una realidad que me golpeaba con la fuerza de la razón, el sentido de la responsabilidad volvía a tomar el control de mis acciones. Liberé sus manos, la giré para mirarla a los ojos, verlos llorosos fue algo que me conmovió… - Perdón, solo puedo decirte, perdón por la bofetada, perdón, perdón y perdón… - No… fue mi culpa no tenía que haberte dicho que no eras mi dueño… No pude soportar el pudor y la culpa por mi comportamiento, sin poder mirarla a la cara me retiré sin decir otra palabra del cuarto, me fui recluir en mi cuarto. Quería estar a solas, la culpa era mi penitencia. Después que hube retirado, Lilian pasó por el cuarto de baño para higienizarse, dejó pasar un tiempo y se apareció en mi cuarto, sentó a mi lado… sentí su mano, acariciando mi cabeza, en silencio acompañaba el reposo del guerrero. - Luis, no te gires para mirarme… quiero decirte, que estoy elaborando tu comportamiento, que puedo entender tu enojo, la ira por entender que te fui infiel… No te había prometido nada, recuerdas? Con él tengo… tenemos una relación con encuentros cada tanto, sabes… te conté… las necesidades de ...
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