1. El hambre con las ganas de comer


    Fecha: 04/10/2017, Categorías: Primera Vez Hetero Autor: Dita Delapluma, Fuente: CuentoRelatos

    ... -¡ASESINO! ¿¡Estás loco?! ¡¿Sabes cuántas vidas pones en juego con TU IRRESPONSABILIDAD!? – le gritó, golpeándole contra el coche, su voz era un trueno, su rostro estaba congestionado de furia… Andrés no recordaba haberle visto tan furioso desde hacía al menos una semana. -¡Por favor, señor… por favor, no me detenga… pagaré la multa que sea, pero no me detenga, mi padre me matará! -¿Que te matará? ¡Debió haberte matado hace mucho, ZOQUETE! – contestó, golpeándole de nuevo contra el coche, para encararse con la chica después - ¿¡Y tú?! ¿Es que no tienes dignidad? ¿Te parece muy divertido el jueguecito que os traíais? ¡Pues la diversión se ha terminado, y dad gracias que se ha terminado CONMIGO, y no con la muerte de una persona, quizá de uno de los niños de éste colegio, PAR DE MEMOS! ¡Qué buena pareja hacéis, los dos igual de gilipollas! – la chica se echó a llorar sin poder contenerse, y el joven sudaba de puro terror. – Venga, los dos al coche de policía, vamos a dar un paseíto hasta la comisaría, a ver qué piensan vuestros padres de vuestra bonita conducta, ¡sin omitir nada! – remató, señalando a la chica, que tenía todo el maquillaje corrido por las lágrimas. Andrés los hizo subir al coche-patrulla. -Bruno… hay que detenerlos, sí. Hay que avisar a sus padres, tendrán que pagar su fianza, sí… se enfrentarán a un juicio por imprudencia temeraria, sí… pero, ¿es preciso contarlo… “todo”? -Andrés, esa chica le estaba haciendo una felación a ese imbécil en el coche, a ciento ...
    ... treinta por hora. Si nos lo callamos, ¿sabes qué sucederá? -Eeeh… ¿Que la chica no se sentirá tan humillada? -Eso es. Ella quedará como la víctima, como la buenecita del cuento, y es igual de culpable que él. Si la tapamos, se va a pensar que puede hacer lo que le dé la gana, porque como es una niña joven y mona, todos los policías sentirán debilidad por ella y la ayudarán a librarse de los marrones… El mejor, el único medio de ayudar de verdad a esa chica, es que sus papaítos se enteren de a qué clase de zorrupia están criando y manteniendo en casa. Ya verás como no lo vuelven a hacer más… ni ella, ni él. – Bruno seguía teniendo la misma expresión de cabreo, quizá algo satisfecho, pero enfadado aun así, hasta que recordó algo. - ¿Qué hora es? -Las doce y media – contestó Andrés. -Mierda… - masculló. – Esperadme aquí los tres, será cosa de diez minutos. Y ponles las esposas. – Susurró – Imprudencia temeraria, resistencia al arresto, intento de soborno a un oficial… tienen que estar esposados. -Bruno, ¿intento de soborno…? -¿No le has oído? “Pagaré la multa que sea…” ¡Intentaba sobornarme, está claro! – Andrés quiso objetar algo más, pero Bruno se marchó corriendo a grandes zancadas, recogió su gorra del suelo y sacó de su moto una pequeña señal de STOP, al tiempo que se ponía la gorra pulcramente y se colocaba en medio del cruce de nuevo. Ninguno de los tres podía ver su cara ahora, y eso aliviaba muchísimo a Bruno, porque sabía que cualquier vestigio de carácter en ella, se ...
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