1. Pablito y su mamá


    Fecha: 14/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Un chico de 15 con su mami Saúl regresó a casa a eso de las 10 de la mañana, en búsqueda de unos archivos que olvidó subir al pen drive. Llamó a casa un rato antes desde su oficina y nadie atendió. Tampoco respondió su esposa el celular, así que no tuvo más remedio que ir en persona. Entró y solo oyó el sonido del televisor en la sala. Llamó a su esposa y nadie respondió. Pensando que Sofía había salido fue a su escritorio y encendió la computadora. Al cabo de unos minutos, ya con los archivos en su poder, se dirigió la puerta con intención de retirarse. Con la mano en el picaporte recordó que también necesitaba alzar unos documentos del auto que tenía en una caja en el ropero de su habitación. Pero urgido por el reloj dejó eso de lado. En ese exacto momento, en la habitación matrimonial, su esposa Sofía, ajena a toda acechanza o peligro de ser descubierta, estaba arrodillada al costado de la cama, inclinada hacia delante y abajo para de ese modo poder efectuar una perfecta felación al jovencito que tenía acostado en la cama. El chico balbuceaba unas protestas con voz temblorosa y entrecortada, tratando de detener el asedio de la mujer, que no daba ocasión para otra cosa que esa débil oposición, dado el experto trato que proporcionaba al grueso y macizo falo. Cuando los labios de Sofía estuvieron muy cerca de provocar el derrame del semen, el muchacho se incorporó bruscamente, mirando extasiado lo que su madre le estaba haciendo. “Ay mami, no, déjame por favor, no podés, ...
    ... está re mal, por favor, basta…”. Si Pablito hubiera sabido que sus protestas exaltaban incluso más a su madre Sofía. Tras cada pedido de clemencia de su hijo, ella refinaba sus artes de succión. Probablemente, Saúl hubiese ingresado en su dormitorio justo cuando su mujer extraía chorros de leche del miembro del chico, una leche que escapaba como podía del sello con que los labios de la madre habían aprisionado la verga de Pablito. Unos momentos después que su padre salió del departamento, Pablito liberó sus tensiones con unos gritos fuertes y roncos, uno por cada bombeo de semen que su madre le provocaba. Pablito observaba hipnotizado el soberbio espectáculo de su madre chupándole la verga. La mujer, arqueada sobre él, desnuda, mostraba todo el perfil de una diosa griega, blanca, encarnada, hermosa. Su cabeza perfecta, adornada por una cabellera larga y suave, subía y bajaba siguiendo un compás enloquecedor. Una mano de ella se había posado sobre el torso de Pablo y lo acariciaba ardorosamente. Del semen derramado no quedó más que un brillo en el falo y en el rostro de Sofía, quien lo había bebido en tragos perversos. Apenas 2 minutos después que su marido salió del departamento, ella abría la puerta del dormitorio y desde el pasillo invitaba a su hijo a seguir el asunto en la pieza de él. Desnuda y jadeante, caminó por el pasillo deteniéndose un par de veces para meterse unos dedos urgentes en la vagina, lo que hacía recostada por la pared para no desfallecer y caer de rodillas ...
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