1. La tormenta


    Fecha: 15/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    A los pocos meses de nacer yo, mi padre sufrió un accidente a consecuencia del cual el cirujano que le operó tuvo que amputarle el pene. Mi madre quedó pues privada a sus veinte años, que acababa de cumplir, de poder ser penetrada por el resto de su vida por el hombre que amaba y sigue amando. Eso era mucho peor que la impotencia ya que ni siquiera le quedó el consuelo de poder jugar, o saborear un pene flácido. Mis padres nunca me lo habían contado y yo lo sabía por un primo mayor que que me lo había contado cuando yo tenía catorce años. La verdad es que yo si mi primo no me hubiese informado no hubiese sospechado nada, pues mis padres se querían muchísimo y supongo que habían asumido la situación. Incluso recuerdo que del cuarto de mis padres había yo oído a veces jadeos de placer, pero siempre sólo de mi madre, supongo yo que debidos a la manipulación digital que mi padre realizaría en el chochín de mi madre, ya que mi padre no teína verga pero sí que tenía dedos. con los cuales proporcionaría a mi madre el placer que por la vía normal no podía satisfacer. Mi madre pues se tenía que conformar con ese sucedáneo y olvidarse del placer de recibir en su chocho una verga de verdad. Seguramente ella lo había aceptado , pero seguro que su subconsciente no, y en el fondo de su inconsciente seguiría deseando una buena polla, pero esos deseos de su inconsciente estarían reprimidos y no afloraban al exterior. Cuando tenía yo diecisiete años mi padre comenzó a viajar por motivos de ...
    ... trabajo, faltando de casa hasta por una semana. Durante una de esas ausencias de mi padre ocurrió los que les voy a relatar. Mi madre tenía mucho miedo a las tormentas, así que una noche a eso de las tres, estando yo en mi cama oí a mi madre llamarme con gran temor, pues se había puesto a llover y los primeros truenos ya se oían en la lejanía. Me dirigía a su cuarto a toda velocidad para tranquilizarla y lo hice tan rápidamente que olvide que sólo llevaba puesta una camiseta, pues dormía yo siempre sin pantalón de pijama ni calzoncillos. Al ir a encender la luz del pasillo comprobé que no había electricidad, sin duda la tormenta había hecho que se cortase el fluido eléctrico. Así que medio a oscuras llegue al cuarto de mi madre, que me dijo hijo ya sabes el miedo que tengo a las tormentas y parece que viene una muy grande pues se ha ido hasta la luz . Ya lo sé mamá. Hijo, acompáñame esta noche hasta que pase la tormenta. Así que aunque iba semidesnudo mi madre no podía verme y me metí en la cama quedando en un extremo y sin tocar a mi madre. Pronto se vio el resplandor de un relámpago y mi madre me dijo dame la mano hijo. Se la di, e inmediatamente sonó el trueno que el relámpago había anunciado y mi madre me abrazó y se pegó a mí presa de pánico. Mi madre dormía solo con camisón cortito y sin bragas por lo que nuestros sexos quedaron uno junto al otro sin nada que los separase. Los rayos, relámpagos y truenos eran cada vez más numerosos y cercanos, y yo empecé a tener la ...
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