1. Mi querida ninfómana


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cosa que lo dudaba, me vestí bastante atrevida, un vestido escotado con sostenes de seda, tacones de aguja y sin sostenedor y con unas diminutas bragas, excelentemente maquillada. Cogí el auto y me dirigí al centro en la calle de los cines, sabía muy bien que lo que buscaba no lo encontraría ni en discotecas ni en bares de cualquier tipo, dejé el coche en un parking cercano, mientras caminaba entre las miradas y piropos de los hombres, de los cuales no me importaban, entré en un cine, pasaban una película que me habían comentado como muy buena, poco antes que diera comienzo la función se sienta a mi lado un chavalito que de un vistazo me pareció de quince añitos, muy bien vestido, pelo corto, ojos verdes, en general pinta de estudiante y para colmo empollón, durante los primeros quince minutos de película no me sacó los ojos de encima, ¡bueno, de encima de mis tetas!. Y cuando yo hacía el amago de mirarlo él, inmediatamente se compenetraba en la peli y luego seguía con la observación. Si, pensé eso era lo que deseaba. Crucé las piernas de forma tal que mi zapato quedó rozándole el pantalón y por ende una de sus piernas, cuando lo miré me arrancó una cómica sonrisa, estaba petrificado, toda su atención estaba puesta en su pierna, al rato reaccionó y puso su mano en el reposabrazos, y ya que estaba en tren de maldita lo iba a seguir estando hasta las últimas consecuencias así que con el pretexto de acomodarme las tirillas del zapato, me agache de forma tal que mi seno ...
    ... izquierdo quedó sobre su mano, lo observé de la posición en que estaba y continuaba mas petrificado que antes, me incorporé lentamente arrastrando mi pezón, que en ese momento estaba durísimo, por el dorso de su mano Puse mi mano sobre la suya, Le pregunto descaradamente.¿Cómo te llamas?. Y muy cohibido me responde. Eduardo. Y, y . Usted.-Titubeó- Beatriz, le respondo. ¡Tienes las manos heladas¡ En un arranque de sinceridad. Me respondió, Si debe ser por los nervios, Me gustó la sinceridad, Le cojo su mano entre las mías y sin dejar de acariciarlas las pongo sobre mi pecho, su respiración se tornó jadeante y comenzó a temblar. ¿Quieres que salgamos?. Si, por favor, pero... Ud. Quédese. ¿Te molesto?. Porque de ser así déjame que me vaya y perdóname el mal trago. ¡¡¡No!!!. Todo lo contrario, nunca me sentí tan feliz ni tan nervioso. Además que tengo un poco de asma. Nos reímos juntos, me encantó el chavalito. Ven – Le dije- Vamos a tomar algo. Mejor, no. ¿Porqué?. –Pregunté- Y ruborizándose me contestó. ¿Es que no sé si me alcanza el dinero para invitarla? Tu, guarda tu dinerito. Hoy invito yo y en otra oportunidad lo haces tú. ¿Vale?. Al salir lo tome de su brazo y se dirigió a un barcito cercano al cine: ¿Entramos aquí? –Me dijo- Prefiero que no. Yo tengo el coche en un parking cercano y busquemos otro lugar. Caminamos hasta el parking y montamos en el auto, y acariciando su carita. ¿Estás mejor?. Si. –Contestó- Me acerqué y besé la comisura de sus labios, Vi como sus mejillas se ...
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