1. Mi querida ninfómana


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... encendían, y me gustó muchísimo era la personita especial que necesitaba esa noche, mientras avanzábamos me dijo. ¡Mire! Allí hay otro bar. ¡No!. Vamos a mi casa. ¿Si tu quieres?. No contestó pero era evidente su nerviosismo. Yo vivo sola. Lo tranquilicé. Llegamos, enfile el coche hacia la rampa de entrada busqué el mando y mientras se abría la puerta y acariciando su nuca. –Pregunté- ¿Debes llamar a tus padres para decirle que no volverás?. No. Estoy solo en casa mis padres están en Benidorm, yo me tuve que quedar para ir con mi tía hacia las montañas ya que el mar me hace daño a los bronquios. Entramos al salón encendí las luces y mientras dejaba las llaves y la cartera sobre la mesilla le indiqué que se quitara los zapatos y me enfrenté a el, cogí su carita entre mis manos, observé detenidamente su rostro, era hermoso, sus profundos ojos verdes, acaricié su pelo, pasé mis pulgares sobre sus carnosos labios y lo besé larga y tiernamente al separarme lamí dulcemente su boca, todavía guardaba su forma híbrida del adolescente que conserva aún sus formas femeninas y que pronto abandonará para convertirse el un hombre, mi excitación era inmensa, ahora éramos dos los que temblábamos, él se dejaba hacer, su timidez no le permitía tocarme, me gustaba la separación que nos habíamos impuesto. Lentamente le saqué su chaqueta, me acerqué mas para besar sus ojos, solo mis pezones rozaron su pecho y sentí entre mis piernas la dureza de su sexo erecto sin dejar de sentir nuestros ...
    ... contactos fui deshaciendo el nudo de su corbata y librarlo de su camisa, solo asomaban una pequeña pelusa negra en su pecho besé su boca, su cuello y lentamente tuve sus pezoncitos al alcance de mi boca los cuales lamí, chupé y gocé con exaltada pasión mientras sacaba el cinturón y dejaba que sus pantalones se deslizaran hacia el suelo, agachándome mientras besaba su torso arrastré también el slip que cubría su sexo así retiré el resto de las prendas que quedaban, al levantarme cerré los ojos para no ver su miembro que mis ansias hubieran hecho abalanzarme sobre el, además quería descubrirlo, amarlo y mimarlo como lo sentía, era mi dulce, tierno y virgen mancebo. Me tomó de la cintura y me atrajo hacia sí, y al sentir todo su cuerpo a través de mis delgado vestido y en especial su pene en total estado de erección me sobrevino el primero de una larga serie de orgasmos. Me arrodillé frente a él, y observando que su pene era diferente a lo de los hombres, no era venoso y menor en tamaño a lo que estaba acostumbrada, blanco, con su glande rosado como los pezones de una virgen, lo introduje en mi boca, me calentaba enormemente sus formas que sentía nítidamente entre mi paladar y mi lengua, humedeciendo mi dedo fui masajeando el esfínter de su ano mientras mi mano derecha acariciaba su bolsita de los tesoros, de pronto vi como su andrógino cuerpo se retorcía de placer llenando mi boca del mas apetitoso semen, el cual fui saboreando sibaríticamente, Mi orgasmo no se hizo esperar, mis gritos ...