1. La Noche que comenzó todo


    Fecha: 23/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Llega un momento en la vida de una hombre en el que hay que tomar una decisión que afectará posteriormente a tu vida. A mí me llego, y mi vida dio un giro de 180 grados. Fue como si hasta un punto todo hubiera muerto, y yo hubiera vuelto a nacer. Empezaré contando que por mi trabajo viajo mucho, y paso mucho tiempo fuera de casa. En uno de mis viajes a Barcelona, y después de casi 15 días sin relaciones sexuales, me decidí a visitar un afamado club de la ciudad, con la intención de probar algo completamente distinto a lo que había hecho nunca. Me tomé una copa y observé el ambiente. Había del orden de 50 chicas a cual más bonita. Se acercaban, te manoseaban un rato y si no querías nada se marchaban igual que habían venido. De pronto la vi a ella. Era alta con una larga melena rubia, unos pechos exuberantes y muy bien puestos y un cuerpo de mujerón. Se acercó, me dijo que se llamaba Sandra y que si quería probar algo distinto, a lo que yo asentí, me dijo que era travestí, que me haría gozar como nunca nadie lo había hecho, y aunque nunca antes había tenido relaciones homosexuales, pensé que había venido a buscar algo diferente, y esta noche sería lo más diferente que probaría en mi vida, así que, puse mis condiciones y llegamos a un acuerdo económico. Mis condiciones eran, que ella me convertiría en una mujer, y que me trataría como tal, que ella llevaría la iniciativa en todo, yo sería totalmente pasivo, incluso habría algo de sado. Nos bajamos a la suite. Era una habitación ...
    ... no muy grande, con un pequeño baño, una cama de matrimonio y un gran jacuzzi en un rincón. Ella entró y se sentó en la cama, y yo me quede ahí parado, observando la habitación. Me dijo qué a que esperaba, que me desnudara completamente. Me desnudé. Empezó a observarme. Debo decir que soy una persona que apenas tengo vello, únicamente en las axilas y en los genitales, soy bastante delgado y mido 1,70. Luego sacó una cuchilla y un poco de espuma de afeitar y me depiló el poco vello que tenía en mi cuerpo. A seguido me maquilló con unos colores muy llamativos, me puso unas braguitas blancas con encaje a la altura de la goma, un sostén, que rellenó con sus medias, unos pantis hasta la cintura, una minifalda y un top muy ajustado. Después me colocó una peluca rubia y me hizo ponerme unos tacones, los cuales me apretaban un poco debido a que no eran de mi número. Me puso frente al espejo y, lo que allí vi, hizo que mi pene se levantara como nunca lo había hecho antes. Allí estaba yo, convertido en una hermosa mujer. Estaba excitadísimo y haría cualquier cosa que me pidiera. Entonces ella se bajó la falda y las bragas y dejó al descubierto su pene, un pene que, sin llegar a ser enorme, tenía unas buenas dimensiones, por lo menos era más grande que el mío. Se colocó un preservativo, pues habíamos acordado que sería sexo seguro, y entonces me dijo: "Vamos zorra, que hoy vas a saber lo que es ser una buena putita. Arrodíllate y empieza a comerme la polla, y hazlo bien si no quieres que ...
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