1. La Noche que comenzó todo


    Fecha: 23/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo mejor no me la metía por detrás. Pero me equivoqué, cuando estaba bien dura, me la sacó de la boca y me dijo: "Bien putita, ahora vas a saber lo que es ser una mujer, y ya verás cómo te gusta". Entonces noté cómo la punta de su polla tocaba la entrada de mi ano. Cerré los ojos, pensando en lo peor, pero, al contrario de lo que ella había dicho, empezó a metermela muy despacio. Los primeros centímetros fueron algo horrible. Era como si me entrará un hierro al rojo vivo y me fuera partiendo en dos. Empecé a decirle que me la sacara, que no podía más, pero ella callada siguió empujando. Ya no podía más, empecé a llorar, pero ella siguió. En un momento dado, y yo al borde del desmayo, por el dolor, ella paró de meter, y me dijo: "Ya la tienes toda dentro, putita, ha costado meterla, pero tranquila que lo peor ya ha pasado. Has sido una zorrita muy buena. Ya verás cómo a partir de ahora te empieza a gustar. Sólo hay que dejar que tu agujerito se adapte un poco al nuevo inquilino". Entonces se dejó caer sobre mí, sin sacar su polla de mi culo, y empezó a besarme el cuello y a tocarme los pezones. El dolor se iba calmando, y mi polla estaba a punto de estallar, porque aunque el dolor fue insoportable, mi polla estuvo a tope todo el rato. Entonces se volvió a incorporar y empezó a sacarla lentamente. Conforme la iba sacando, yo notaba una especie de vacío en mi culo, pero duro poco, porque al instante la volvió a meter. Entonces empezó a bombear lentamente, y, aunque no ...
    ... desapareció del todo, poco a poco el dolor y el escozor se iban quedando en un segundo plano, dando paso a una sensación de placer que nunca antes había sentido. Habían pasado cosa de quince minutos desde que me la metió por primera vez, y ahora entraba y salía con más soltura de mi dolorido culo. Ella entraba y salía de mí cada vez más rápido, y yo no pude resistir más y tuve el orgasmo más fuerte de mi vida. Fue algo indescriptible, me gustó, me sentía una mujer. Ella seguía, cada vez más rápido, hasta que sacó su polla de mi culo, me dio la vuelta y se corrió en mi pecho, y después repitió la misma operación que yo había hecho antes con ella, limpió mi pecho, manchado con su leche, con la boca, deteniéndose especialmente en mis pezones, cosa que me volvió loco. "Qué zorrita ¿cómo te sientes? Ahora ya has perdido tu virginidad, ya eres una mujer. Ahora tienes que practicar mucho, para que ese culo se ensanche bien y no te duela cada vez que alguien te la meta. Y de eso me voy a encargar yo esta noche." Y dicho esto, se tumbó boca arriba en la cama y me dijo: "Vamos preciosa, pónmela otra vez en condiciones que te voy a echar otro polvo. Ya verás cómo esta vez te gusta más." Me arrodillé delante de ella y empecé a pajearla. Lo hacía suavemente, como tantas otras veces me había pajeado yo, pero era una sensación extraña estar meneando una polla que no era la tuya. Así estuve bastante rato, hasta que por fin su polla empezó a reaccionar. En ese momento me dio un condón, y me dijo que se ...