1. Fui infiel en vacaciones en Santa Clara


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Infidelidad Grandes Relatos, Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos

    ... que lo buscara yo misma y se puso frente a mí con los brazos alzados. Le dije que era un atrevido sinvergüenza y que no pensara que yo tenía miedo de rescatar mi bombacha. Me acerqué, le di un pellizco en el vientre y deslicé mi mano por dentro de su malla. Verdaderamente en ese momento lo que menos quería era encontrar mi bombacha. De inmediato alcancé su órgano que noté semierecto y se lo apreté diciéndole que si no me devolvía mi ropita perdería su miembro viril. Él me dijo que si tenía ganas, se lo podía sacar de la malla. Actué sin titubeos porque realmente tenía muuuchas ganas de vérselo. Al hacerlo pude observar un grueso y enorme pene de unos 20 cm de largo, ya totalmente rígido. Uauu, el señor carga un magnun, le dije y él me respondió que estaba cargado por si quería jugar a la guerra. A esta altura de los acontecimientos yo ya estaba entregada y no me preocupaba que alguien nos viera, ni siquiera los compañeros de Juan que de vez en cuando miraban hacia donde estábamos. Le pedí que se arrodillara y me monté sobre su pelvis, sosteniéndome de su cuello con mis brazos. El maravilloso botón quedó rozando los labios de mi vagina empapada en flujo y agua salada. Con una de mis manos sostuve ese maravilloso tronco y un fuerte gemido escapó de mi garganta al sentir la hermosa penetración. No sé si el agua de mar había rigidizado mi vagina, pero sentí como ese maravilloso miembro se deslizaba hacia el fondo apretado y con algo de dificultad. Que bello fue este momento que ...
    ... duró no más de dos minutos con mi cuerpo cabalgando desenfrenado tragándose esa majestuosa pija que entraba y salía ajustadamente, hasta ahogarse en el flujo de mi clímax. Me quedé unos segundos sintiendo la dureza de ese enorme pene erecto que no había eyaculado y luego me salí, para ponerme la bikini como pude. Salimos del agua para tirarnos junto a los cuatriciclos en una lona que Juan extendió en la arena. Allí sacó un par de cervezas frescas de una heladera portátil, que descargamos sedientos en segundos. Recuerdo que le dije a Juan que no lo creía tan atrevido, que su imagen mostraba un hombre serio y respetable. Él riendo me respondió que era bastante serio en comparación con sus otros dos compañeros de pesca, que eran mucho más atrevidos aún que él. No me digas, son también violadores como vos, le dije riendo, a lo que me respondió que eran mucho más peligrosos, diciéndome que si estaba dispuesta podía llamarlos para que yo lo comprobara en persona. No gracias, le dije. Ya eran como las ocho y media de la tarde y mi esposo se iba a empezar a preocupar. En eso mientras charlábamos de temas eróticos y bebíamos otra cerveza, levanto la vista y veo que están a nuestro lado el hijo y el amigo. Diciendo que no había pique y que estaban sedientos, se sentaron a beber cerveza también ellos, formando un triángulo con Juan y yo en el medio. Una hermosa luna enorme se recortaba en el cielo gris rojizo y en el reflejo del mar se recortaban otras 3 figuras negras de pescadores que ...
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