Mi primera verga: inolvidable (1a parte) - Relatos Eróticos

Mi primera verga: inolvidable (1a parte)

A mis 29 años y habiéndome iniciado sexualmente a los 15 años, creo tener muchas historias para contar. En un par de ocasiones he relatado verbalmente algunas de ellas, pero es primera vez que me atrevo a escribirlas. Creo que al ser primera vez que publico algo, debo partir por mi primera vez, y ver si mi historia es de agrado a los lectores. Ello sucedió con mi tío, de entonces 40 años, pero como buen militar, con un cuerpo envidiable y una hombría y virilidad que prenden a cualquiera. Hasta entonces jamás había sentido atracción por hombres, y solo había experimentado juegos sexuales con mi prima (pero ello es cuento para otro relato), pero aquella vez, debo reconocer, despertaron todas mis hormonas,como nunca antes. Nací y viví en Santiago de Chile con mis padres. Por razones laborales, mi familia debió mudarse al norte del país, y como tenía mis amigos y estaba habituado a mi liceo, decidí quedarme a vivir en casa de una tía y primos. Mis tíos estaban divorciados hacía mucho tiempo, por lo que a mi tío Ricardo lo veía muy pocas veces, y ya estando instalado allí, comencé a compartir más con él, cuando iba los fines de semana a visitar a mis primos. Siempre que los llevaba a pasear, me invitaba también, comenzando a crecer mi cariño por él (hasta entonces un sano y natural cariño de sobrino). Cuando tenía casi un año viviendo con mis primos, mi tío Ricardo organizó una salida de fin de semana a la costa, junto a otros compañeros militares y sus familias. Mi agrado fue ...

... inmenso cuando me invitó, pensé de inmediato en que debía hacer algo para agradecerle, aunque aún no había sospechado como demostraría mi gratitud. Llegamos cerca de las 4 de la tarde, era un recinto militar bastante grande para estar ubicado es un pueblo costeño tan pequeño. Nos instalamos en la cabaña más lejana mis primos, yo y mi tío, éramos cerca de 80 personas. Luego comenzaron los adultos a organizar un asado y los jóvenes fuimos a recorrer el lugar, que tenía un importante bosque de eucaliptus. Éramos 8 quienes nos adentramos en el bosque y comenzamos a contar historias en la medida que oscurecía. Nuestro asombró fue mayúsculo, luego de un gran susto, cuando a unos metros descubrimos a una pareja de hombres teniendo sexo. Al vernos subieron sus pantalones y salieron corriendo, se habían metido al bosque solo para follar. Uno de ellos gemía en cuatro mientras el otro le taladraba muy duro el culo cuando los sorprendimos. Las risas y bromas duraron todo el fin de semana, aunque yo disfracé entre las risas una curiosidad enorme: era la primera vez que veía una pareja gay follando y solo recordando la escena comenzaba, para mi gran sorpresa, a excitarme. Avanzada la madrugada, ya no aguantaba más de lo caliente que estaba, mis primos habían ido a dormir hacía rato, los adultos, en su mayoría bebidos, seguían animados, así que decidí irme a la cabaña y masturbarme: no sacaba de mi cabeza a esos dos tipos que gemían mientras follaban. Llegué a la cabaña, me puse pijama y ...