1. Las bombachitas de Marisol


    Fecha: 06/09/2018, Categorías: Fetichismo Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... compartiendo mi silla, y mientras con Mariano opinábamos acerca de unas medidas económicas impuestas por el gobierno, tomó mi mano y la ubicó debajo de su falda, bien juntita a su vulva y adentro de su bombachita húmeda. La textura de su sexo era colosal, su calor abrazaba a mis impulsos y sus piernas me apretaban la mano para que ni se me ocurra sacarla de allí. Cuando omar tiró la propaganda me dijo: ¡si querés me la saco y te la regalo! Mariano salió del estudio, Marisol se sentó en mis piernas y luego de correr la silla conmigo y todo hacia atrás para separarnos de la mesa, se sacó la bombacha, la hizo un bollito y me la dio. Antes de irse ronroneó: ¡olela, dale, sé que te va a gustar! Recordé que Omar estaba del otro lado del vidrio, y sentí vergüenza. Me la guardé rapidísimo en el bolsillo, y en breve abríamos el segundo bloque del programa. Pero, en la tanda más larga de las 22 no pude más y me fui al baño pensando en cumplir con lo encomendado por Marisol, Apenas cierro la puerta escucho que alguien llama con tres golpesitos. A pesar de que insisto con que estoy ocupado, la puerta se abre tan fatal como luego se cierra, y junto a mí está Marisol. Me descubre con la partesita de delante de su bombachita en la nariz, y con una erección inocultable, aunque mi pene permanece arropado. ¡uuuupa, qué chanchito sos mi vida, mirá, tocate el pito guacho, estás que no das más, me querés coger, no?!, me dice al tiempo que me come la boca, presiona mi bulto y gime con su ...
    ... lengua intranquila. ¡dale, mostrame la pija Diego, ahora, y si querés te la mamo toda! Pero alguien golpea la puerta y me estruja el alma a la vez que mi semen no se contiene y se me derrama en el calzoncillo. Marisol se asusta con la idea de que la directora de la radio haya caído sin avisar. Pero era Mariano para alertarme de que había que salir de nuevo al aire. Marisol no supo que esa vez me hizo acabar con el olor de su sexo embravecido, con sus chupones obscenos y con cada suspirito que se le escapaba. Otra noche se sacó la bombacha en la cocina, cuando los dos tomábamos un té mientras Mariano entrevistaba a un deportista del fútbol local. Esa noche estaba parada a mi derecha, besándome con sorbitos de té en la boca y con mi mano en sus tetas por encima de su corpiño. Hasta que tuvo el tupé de decir: ¡tenés ganas de oler mi bombacha Dieguito?! La muy hermosa me hizo tocarla mientras se la sacaba, y ella solita la posó en mi nariz para pedirme que le exprima cada partícula de su aroma con uno de sus dedos en mi boca. Aquella era una tanguita sedosa, con un diseño de puntillitas y una humedad que narcotizaba mis instintos animales. En cuanto estuvo parada a mi lado nuevamente me descarrilé. Le metí la mano entre las piernas para tocarle la almeja. Me dio una cachetada haciéndose la ofendida. Pero de repente me comía la boca repitiendo como una golondrina: ¡pajeame, meteme los dedos, dale, tocame la concha puerquito, si sé que estás re caliente conmigo! Y me hacía oler su ...