1. Cuidando al perro de Camila


    Fecha: 21/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... fue sostenerle el bulbo de la base del pito, para que él no pudiera meterla en mi vagina y así impedir que ambos nos quedáramos pegados- Peter se quedó quieto y enseguida lo sentí eyacular una cantidad de semen impresionante dentro de mi concha hambrienta. Eso incrementó mi excitación y entonces tuve un tremendo orgasmo, mezclando mis fluidos con su semen…Me lavé y me recosté un rato. Había quedado bien agotada.Otra vez soñé con el perro; con ese bulto grueso que me penetraba y me hacía acabar como a una perra.Me desperté transpirada y con taquicardia; totalmente excitada.Me toqué la concha y la encontré mojada, manchando las sábanas.Entonces vi a Peter echado frente a la puerta. Lo llamé y él se acercó, subiendo a la cama. Yo me incliné para lamerle la verga, hasta que logré hacerla crecer de manera impresionante.Me puse en cuatro y el perro dirigió su hocico hacia mi raja húmeda. La empezó a lamer y después de un tiempo me montó desde atrás. Esta vez no intervine tocando su verga. Peter me penetró de un solo golpe; haciéndome aullar de dolor…Luego bajé mi mano y acaricié ese bulto que cada vez se hacía más grande, tratando de entrar entre mis labios vaginales.Abrí un poco más mis muslos, para facilitarle la penetración y dejé que entrara completo en mi vagina.Volví a gritar de dolor, sintiendo que me desgarraba ese bulbo cada vez que el perro empujaba más y más.Esta vez fue una cogida larga y al principio dolorosa; pero luego terminó siendo algo ...
    ... bastante placentero.Cuando Peter me penetró por completo, se giró él solo y mi concha quedó prendida de su pito hinchado. Al girar completamente, sus huevos quedaron golpeando pegados a mi ano, añadiendo todavía un poco más de deleite…Mientras esperaba que Peter se saliera, bajé mi mano y empecé a frotar mis dedos sobre mi clítoris, lo cual me hizo gemir y suspirar suavemente; mientras el perro se quedaba totalmente quieto, soltando cada tanto, oleadas de semen dentro de mi concha…Estuvimos pegados casi media hora; durante la cual experimenté al menos unos seis orgasmos distintos, mientras sentía llenarme con su leche tibia.Después sentí cómo mis labios vaginales se dilataban y su verga con ese bulto grueso abandonaba mi cuerpo; dejando que mi vagina expulsara una cantidad impresionante de semen.Caí rendida hacia adelante, con mi concha ardiendo y palpitando.Más tarde me llamó Camila, diciendo que ya estaba cerca de la ciudad y que pasaría por Peter apenas llegara.El perro se puso muy feliz de verla otra vez. Agitó la cola frente a ella, mientras le lamia las piernas. Me imaginé entonces que mi amiga también gozaría seguramente de las habilidades sexuales de ese magnífico doberman…El esposo de Camila me preguntó cómo se había portado el bicharraco y yo le respondí que muy bien. Había sido una muy buena compañía durante el fin de semana y no tendría problemas en cuidarlo otra vez, si fuera necesario.Al escuchar eso, él no pudo ocultar una fugaz sonrisa… 
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