1. Desafío de galaxias (capitulo 35)


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... Fénix, estaba al tanto de las operaciones pero sin intervenir. El periodo de noche estaba vigente en la nave, y Marisol y Anahis estaban retozando en su camarote, al igual que Marión e Hirell en el suyo. Los comunicadores de los cuatro comenzaron a sonar febriles e insistentes y unos minutos después, los cuatro entraban apresuradamente en el Centro de Mando Estratégico, componiéndose la ropa. —¿Qué tenemos? —preguntó Marisol. —Los sensores de largo alcance detectan una flota enemiga en rumbo a Beegis, a tres años luz. —¿Tiempo de llegada? —Tres horas a la velocidad actual. —¿Cuántas naves? —preguntó Marión ocupando una de las consolas. —En total 127. De ellas, 22 son transportes y una tiene una configuración extraña, mucho más grande que un transporte normal. —Inteligencia descubrió que tenían algo muy grande en las cercanías de Karahoz, —dijo Anahis— debe de ser eso. —Pulqueria en línea, mi señora, —informó Hirell. —Pásala a la pantalla principal, —ordenó Marisol y cuando su imagen apareció en la pantalla, continuo—. Pulqueria, ¿qué opinas? —No puedo mover a la flota de la órbita de Beegis mi señora, esperaremos aquí el ataque pero pinta mal y esos transportes traen 300.000 soldados. Habrá que traer aquí a la flota de reserva. Marisol se apoyó sobre una de las consolas y con la mirada baja siguió meditando sobre la situación mientras todos guardaban silencio y la miraban. —Yo me ocupó Pulqueria, —dijo por fin mirando a la pantalla—, el Fénix y la flota de reserva los ...
    ... interceptaremos. —Con el debido respeto mi señora, —intervino Pulqueria— usted no tiene experiencia en manejar flotas, tal vez seria mejor… —Tienes razón, yo no, pero Marión si, y ella dirigirá la batalla. Yo… tengo otras cosas que hacer. —¿Cómo que tienes otras cosas que hacer? —saltó Marión que se imaginaba lo peor. —¡Sí! ¿Qué tienes que hacer? —la apoyó Anahis que también se lo temía. —Quiero esa nave y la quiero intacta. —Pero… —¡Esto no es un debate! —cortó Marisol levantando la mano y mirando a sus amigas con cara seria—. General Anahis, ordena a J. J. que tenga la unidad preparada. General Marión, moviliza a la flota de reserva, las operaciones son tuyas. La flota de reserva federal, al mando de Marión, trazó un rumbo de intercepción con la flota enemiga y, hora y media después, estaban al alcance. En uno de los hangares del Fénix, J. J. y su unidad de fuerzas especiales terminaban de prepararse equipados con corazas de ambiente. Alineados, en un lateral del hangar, los transbordadores y lanzaderas esperaban para recibir a sus ocupantes. En una esquina, Marisol terminaba de equiparse con su coraza con la ayuda de dos soldados y Sarita, su asistente, ante una malhumorada Anahis. —Si vas a seguir sin hablar, podrías ir al puente, —comentó Marisol mirándola de reojo—. Seguramente Marión te necesite. —¿Y que quieres que te diga?, ¡eh!, ¿qué eres una puta cabezona? —bramó Anahis levantando la voz. —Sin duda prefería cuando estabas callada, —dijo Marisol mirando a su alrededor, y ...
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