1. Desafío de galaxias (capitulo 35)


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... acercándose a ella, añadió abrazándola con sus brazos cibernéticos—. Venga mi amor, dame un beso. —Lo que te voy a dar es una hostia. —¡Joder nena! Pues yo prefiero un besito. —¡Ten mucho cuidado! —dijo Anahis agarrándola por las juntas de la coraza— Y no hagas el gilipollas más de lo que ya lo estás haciendo. —¡Joder tía, sois peores que mi madre! Ni siquiera J. J. me deja ir en la primera oleada. —¡Pero como te va a dejar! ¿tú estás tonta? —¿Me vas a dar un besito o no? —Anahis la miró ceñuda, la hizo inclinarse ligeramente y la besó en los labios ante la mirada de los soldados que no perdían palabra de la discusión. Todos rompieron a aplaudir lo que provoco que Marisol se sonrojara, — Mira lo que has conseguido. —¡General Anahis, acuda al puente guerra! —se oyó por su comunicador. —Ya voy, —respondió, y cuando lo cortó, añadió—. Ten cuidado mi amor. —Lo tendré. La flota enemiga intentaba mantener la formación protegiendo a los transportes y la nave extraña, mientras la flota federal, dividida en tres grupos de batalla intentaba abrir brecha. Finalmente, a fuerza de mucho insistir, Marión consiguió dividir la formación bulban y tener acceso a los transportes y la nave extraña. Las corbetas dispararon sin descanso contra un punto concreto de la extraña hasta que rompieron la gruesa coraza. —Mi señora, hemos penetrado la coraza por la zona de estribor, —informó Hirell— tenemos acceso al hangar. —Que las patrulleras concentren el fuego sobre las defensas de estribor y la zona ...
    ... de popa, tenemos que inmovilizarla, —ordenó Marión—. Informa a J. J. y que parta la primera oleada, las siguientes según lo previsto. La primera oleada penetró por el hueco y accedió a un amplio hangar vacío de enemigos por la descompresión. Los soldados salieron de las lanzaderas, provistos de sus corazas de ambiente, y tomaron posiciones ante los accesos, ahora cerrados. Colocaron cargas y volaron los portones provocando una nueva descompresión, varias decenas de soldados bulban salieron volando y se perdieron en el vacío espacial por boquete del fuselaje. Cuando la descompresión cesó, llegó la segunda oleada: otros dos centenares de soldados al mando de Marisol. Protegida por su escudo, que portaba en su brazo izquierdo, y empuñando una pistola de partículas con la mano derecha, avanzó al frente de los suyos hasta tomar posiciones para apoyar a J. J. que ya se desplegaba por las estancias contiguas. —¡Atención, voladura! —se oyó por el comunicador del casco. Marisol hizo una señal a sus soldados para que se pegaran a las paredes. Se produjo la explosión y otros soldados bulban salieron volando pegándose con los mamparos antes de salir al frío espacio. —Marisol, seria bueno sellar ya el hangar con un campo de fuerza, ya estamos en el lugar acordado, —dijo J. J. por el comunicador. —Entendido J. J. procedemos a sellar, —Marisol dio la orden y siguió avanzando hasta llegar junto a J. J.— ¿Cómo lo ves? —Bien, bien. Los portones se cierran automáticamente por la descompresión, ...
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