1. La casa en la playa 1, 2 y 3


    Fecha: 24/09/2018, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... que es esto?- -Lubricante, boludo, para que la pija entre más fácil-, respondió Mati con aire de experto. -Bueno, empezamos Mati? -Sí, pero yo ni en pedo me acuesto de nuevo ahí, andá a saber quiénes son los que se encaman acá.- No había mucha opción entonces, iban a coger de parado. Se quitaron pantalón y slip, dejándose medias y zapatillas. Matías se agachó y apoyó sus manos en las rodillas para que el culito le quedara bien parado. Jonathan se masturbó apenas y ensalivó entrada y palito. Se acomodó para la embestida, lo tomó de las caderas, dio su primer pujada y se escuchó el primer Ay de Matías, más fingido que sentido. Jony notó claramente en su verga que el culito del primo no le presentaba esa dura resistencia de siempre, y de una sola estocada se la mandó a fondo. -Ay bruto, despaciooo! -Viste, primo, viste?, lo tenés blandito todavía, yo sabía que la culeada que te di el viernes te iba a romper el culo. Mati sonrió aliviado. Jony, machista total, atribuyó a su verguita de 14 el trabajo que los 20 cm de Eze habían hecho el sábado, pero bueno, ya en San Clemente se daría cuenta. Enorgullecido por la dilatación de Mati, el hombre comenzó a darle un mete y saca furioso, que el chico soportaba porque estaba caliente, pero que no era cómo deseaba que su primo lo cogiera, pero de todas maneras fue creciendo su excitación, su pija se fue poniendo dura y comenzó a masturbarse entre quejidos. Su primo estaba completamente mudo y concentrado en la cogida y entre las cañas ...
    ... solamente se escuchaban los quejidos de Mati y los golpes del pubis de Jonathan en sus nalgas. Luego de varios minutos de mete y saca, la pasta y la bolognesa hicieron su efecto y Jonathan se cansó, dejó de moverse y se recostó un poco sobre su primo. Esto fue proverbial, porque el silencio les permitió escuchar dos voces masculinas que se acercaban. De inmediato levantaron su ropa y se mandaron de cabeza al zanjón, seco por suerte, que no estaba a más de 50 cm, separado por unas pocas hileras de cañas. Curiosa escena, los dos en bolas, zapatillas y medias pero luego piernas y culitos al aire, lado a lado apoyados sobre la pared del zanjón, asomando la cabeza para ver de qué se trataba. Entonces comenzó su asombro. En el pequeño claro estaba Manuel, un viejo de más de 50, bien conservado, bigote canoso, que era el marido de la gallega de la mercería. El otro era Javier, el ayudante del carnicero, un chico de alrededor de 30, con un cuerpo muy bien formado, no muy alto, y que en el barrio era conocido como "3 pies" por la tremenda verga que decían que calzaba. Algunos acotaban que por eso su mujer estaba siempre sonriente y algún otro malicioso agregaba que su cuñadita también sonreía demasiado, pero eran habladurías de chismosas de barrio, seguro. Lo que no eran habladurías era que todas la clientas estaban locas porque las atendiera Javier y no don José, el dueño de la carnicería. Mati y Jony se miraron extrañados y con señas más que con palabras, Mati le preguntó a su primo que ...
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