1. Lo que pasará


    Fecha: 25/09/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... sospechar. Me acercaría a ti con un lubricante con olores cítricos, me pongo un poco en las manos y comienzo a masajear tu culo, tomaría tus nalgas con mis enormes manos y comenzaría darte un masaje, poniendo especial atención en tu ano, en las terminaciones nerviosas. Después azotaría tus nalgas unas diez o quince veces, hasta notarlas rojas y endurecidas, a cada golpe responderías con un pequeño grito. Después te ordenaría que te pusieras boca arriba en la cama con las piernas abiertas y metería mi lengua en tu coño, movería mi lengua de arriba abajo y en suaves círculos hasta provocar de nuevo tus gemidos, saboreando tu clítoris y besando con mis labios tus labios vaginales, que sientas mi pasión y mi fuerza. Sujetaría tus piernas para moverme mejor y mover mi lengua cual serpiente venenosa, agitando tus puntos de placer, los que sé que te gustan, hasta que te corras en mi boca. Después, sin dejarte descansar, metería mis dedos en tu coño, me pondría al lado de tu cuerpo para masturbarte mientras aprieto tu cuello, sentirías mis largos y gruesos dedos alrededor de tu cuello, apretando fuerte, cada vez más fuerte, mientras también aumenta el ritmo de la masturbación. Me pedirías que me detenga pero no lo haría, al contrarío metería dos dedos y luego tres, cada vez más rápido movería mis dedos para provocar tus orgasmos, tus ganas, tu dolor también. Me gustaría verte a los ojos mientras estás en ese trance de dolor y placer, contemplar tus labios temblando. Luego te ...
    ... acariciaría, sin decir palabras, sólo con las manos, detenerme en cada contorno de tu cara a tus pies. Mover mis manos por todo tu cuerpo, cerraría los ojos para reconocerte igual que un ciego reconoce a un ser amado. Pasaría las yemas de los dedos, apenas etéreos, reconociendo tu cara, tus orejas, tu mentón, tu cuello, tus hombros, tus brazos, tus manos, tus pechos, tu vientre, tu ombligo, tu monte de venus, tu sexo, tus piernas, tus muslos, tus rodillas, tus pantorrillas, tus pies, y de regreso. Mis dedos olerían a ti, tu cabello olería delicioso, a recién bañado, eso y el olor de tu perfume y tu perfume corporal me enloquecerían. Acariciaría cada parte de tu cuerpo, con la misma delicadeza que se acaricia una obra de arte. Luego me pondría a la orilla de la cama y te ordenaría que te montaras en mi pene erecto. Así lo harías y me cabalgarías durante mucho tiempo, te sujetaría de las nalgas mientras muerdo tus pechos y tu boca, te diría al oído lo mucho que me gustas, lo que me encanta tu sabor y tu olor, el que caigas libre y soberana sobre mi pene, dueña del ritmo y el confort. Te diría que nunca he conocido a nadie como tú, que eres mi musa y mi inspiración, la dueña de mis masturbaciones y la diosa de mis fantasías, sujetaría tus piernas para atraerte, que sientas la rigidez y dureza de mi deseo por ti, hasta que por fin me corra dentro de ti sin avisarte, simplemente deslizándome cual pluma en el viento, una apología de la dulzura y la pasión, un goce infinito tu cuerpo y tu ...