1. Me han descubierto


    Fecha: 04/10/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... esa noche, con uno de los bailarines. Yo soy de contextura delgada sin ser flaco, pero cuando me visto de nena tengo unas nalgas imponentes, lo que me compensa la falta de otros atributos femeninos naturales, en otras palabras mis tetas son bien pequeñas, ya que suspendí el tratamiento de hormonas femeninas, además así como están las puedo ocultar fácilmente bajo mi ropa de hombre. Por lo general no consumo mucho alcohol, ni tampoco fumo mucho de los pequeños cigarrillos artesanales. Pero esa noche feliz y contenta por haberme ganado el primer premio bebí y fumé bastante, realmente no me afecta mucho, pero me hace sentir más mujer que nunca, y si a eso le suman el premio que me había llevado, estaba que no cabía en mis finos zapatos de tacón alto. El joven me llevó a una bella habitación finamente decorada, realmente no me colmó de besos hasta que le pasé un buen billete por sus servicios, pero a partir de esos momentos hizo de mi lo que quiso, tratándome siempre como a una dama, me acarició y besó durante un buen rato. Aunque su miembro no era descomunal, pero quizás por el tiempo que había estado sin probar uno, lo disfruté largamente. Yo estaba bien loquita, o desesperada por ser poseída por él, tanto que en cierto momento me pidió que se lo mamase, cosa que por lo general no me agrada mucho, pero en esos momentos estaba dispuesta a todo con tal de que se acostase conmigo ese macho. Algo que mi acompañante de esa noche me pidió encarecidamente fue que no me quitase el ...
    ... lindo vestido que estaba usando en esos momentos, a lo que gustosamente accedí. Yo se lo estaba mamando, cuando me dijo, "lastima que tengas la regla", al principio no le entendí, pero cuando me lo dijo por segunda vez, comprendí que era como parte de una fantasía, por lo que decidí seguirle el juego, luego continuó diciéndome, "te amo tanto, que sería capaz de hacerte el amor a lo griego", o sea por el ano, yo respondí como toda una jovencita enamorada, que se sacrifica por el amor de su amante y accedí a ese pedido, que en el fondo era lo que yo deseaba con locura. Me levantó y colocó acostado boca arriba mis piernas las puso sobre sus hombros, y luego bajó ligeramente las pantis que yo estaba usando, sólo lo necesario para que mi hueco quedase al descubierto, su colorado glande se encontraba desde luego todo mojado por mi propia saliva, y eso fue lo que usó como lubricante, desde que comenzó a introducírmelo por mi ano, comencé a sentir ese inconfundible y sabroso dolor que precede al placer, en ningún momento detuvo, sólo lo hizo hasta que su miembro estaba completamente dentro de mi cuerpo. Creo que se me corrieron unas lagrimas, pero de felicidad. Mi hombre me lo metía y sacaba con calma sin apurarse, y yo lo disfrutaba del todo. Sus manos recorrían cada espacio de mi cuerpo que estaba a su alcance. Haciéndome sentir toda una mujer, aunque tan sólo fuera algo temporal, yo lo estaba disfrutando al máximo. De lo excitado que me encontraba, y quizás por el roce de mi pene con ...
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