1. Sin consentimiento


    Fecha: 08/10/2018, Categorías: No Consentido Sexo en Grupo Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos

    ... empapadas, pero no solo de su flujo, eran unas bragas blancas de encajes tipo culotte que yo le había comprado hacía apenas cuatro meses, debido al color blanco se podía observar bien el color de la pringue de la que estaba llena, tenía una mezcla de todo, de flujo, de semen y probablemente algo de sangre del ano, porque en la parte más trasera tenía lo que parecía ser restos de semen con partes de color rojizo de sangrado. El recordar la imagen de mi esposa siendo penetrada por esos macarras me producía unos sentimientos contradictorios, por una parte ardía de celos y por otra de excitación. Me fui a la cocina y agarré a Nuria por detrás, le dije que antes de comer me apetecía muchísimo que follásemos, ella se puso a poner escusas de todo tipo para no hacerlo, con la caña que le habían dado antes debía tener sus orificios completamente irritados, pero yo me puse a quitarle poco a poco las prendas que llevaba puesta, finalmente le bajé las bragas y la puse de espaldas a mí contra la mesa, justo de la misma forma en que hacía un rato se la habían estado follando aquellos cuatro, al penetrarle noté que su coño estaba más ancho que de costumbre, era normal, al fin y al cabo hacía un rato le habían estado metiendo cuatro trancas mucho más grandes que mi poya, antes de correrme eché un poco de saliva que se le deslizó por el canal de entre las nalgas hasta llegar al ano, saqué mi poya de su dilatado coño y se la metí por el culo sin que me costase trabajo alguno, y allí me corrí ...
    ... de momento. Tras retirarme, mi esposa se subió las bragas y empezó a ponerse la ropa que yo le había quitado y que había tirado por toda la cocina, “valla como venimos del trabajo”, me dijo antes de enmudecer tras observar las bragas manchadas que yo había dejado encima de una de las banquetas de la cocina, Nuria se dio cuenta de que yo había descubierto algo al ver esas bragas manchadas, sin dirigirme la mirada las cogió y las llevó al cesto de la ropa sucia. Estuvimos comiendo todo el rato en silencio hasta que por fin le dije a Nuria: “¿de quién es el semen del que están pringadas tus bragas?, porque ¿no me dirás que esa pringue no tiene semen?, Nuria me pidió que le perdonase, que me prometía que nunca más volvería a serme infiel, pero que prefería no decirme con quien lo había hecho, que no significaba nada para ella. Pasadas dos semanas volvió a llamarme el violador con el que yo había tratado todo y me preguntó si yo le había dicho algo a mi mujer, porque ella le había bloqueado el número de teléfono y aparte no cogía ninguna llamada desde otros teléfonos, yo le dije que sí, que se lo había contado todo y que dejase de molestarnos, porque de lo contrario le denunciaríamos, desde entonces no he vuelto a saber nada de él, y estoy casi seguro de que mi esposa tampoco. Como yo estaba seguro de que Nuria anhelaría el tener sexo con varios tíos a la vez, hablé con ella y le pregunté si, después de lo sucedido, le gustaría meter alguna que otra vez a otro hombre en nuestra ...