1. Claudia, mi cuñada


    Fecha: 10/10/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... descaradamente, frotando mi clítoris, a veces, y otras, metiendo la punta de sus dedos entre los labios de mi sexo. Giré la cabeza hacia ella, y mi boca encontró su boca, y su lengua.En ese momento, Claudia hincó sus dedos en mi sexo y comenzó a moverlos de un lado a otro. Yo comencé a correrme, frotando más aún mis nalgas en su vientre. Ella me seguía el ritmo. Ella me imponía el ritmo, moviendo sus caderas a la par que manejaba mi coño con sus hábiles dedos. Estuvimos corriéndonos un rato. Para mí fue eterno. Luego me di la vuelta y coloqué a mi cuñada contra la pared y me puse a abrazarla y a besarla en la boca, entrelazando nuestras lenguas. De repente, Claudia me cogió de las muñecas - ¡Aún no hemos acabado!- Y me colocó a mí contra la pared. Me quedé quieta, mientras ella cogía el mango de la ducha y dirigía un chorrito de agua templada contra mi cuerpo. Con la excusa de quitar el jabón, mi cuñada dirigía el chorrito sobre mis zonas más sensibles. Empezó por los senos, los pezones, luego lo dirigió al vientre y al ombligo, y finalmente, después de recorrer mis muslos, hacia mi sexo. Separó los labios y dejó mi clítoris al descubierto. El chorrito impactaba directamente. Me comencé a excitar otra vez. Comencé a manosearme los pechos pero cuando Claudia se dio cuenta, me las apartó de un manotazo. –Cariño, ahora eres mi esclava. No puedes hacer eso si no te lo permito.- Claudia se puso de pie, me cogió las manos por las muñecas y me las colocó detrás de la nuca. –Así es ...
    ... como tienen que estar.- Y entonces aprovechó, y mientras dirigía el chorrito de agua sobre mi coño, me cogió un pezón entre sus dedos y me lo apretó. Empezó suavemente, pero luego fue apretando hasta conseguir hacer que me quejara. Entonces movió el mando para que saliera agua fría y lo colocó sobre mi pezón dolorido. Aquello era una sensación deliciosa. Claudia no resistió mi expresión de dolor y de gozo y me comió la boca. Ahora el chorrito de agua fría estaba colocado justo en mi coño. Claudia se había puesto de rodillas, y en su camino de descenso había lamido, cogido entre sus labios y apretado suavemente mis pezones, y luego había intentado mamar de ellos, metiéndose el pezón en la boca y succionando ligeramente. Ahora separaba mis labios y de repente la vi acercar su cara, sentí su lengua en mi clítoris, mezclada con el agua fría que salía del chorrito. Hizo en mi clítoris lo mismo que en mis pezones: Los lamió, los chupó, lo apretó con sus labios y después, intentó mamar de él, succionándolo todo cuanto pudo. No me soltaba, teniéndome atrapada de tan delicado sitio, cuando noté que el chorro frío me recorría todo mi coño una u otra vez, y después, tras unas cuantas idas y venidas, Claudia se acompañó con los largos dedos de su mano. Comencé a sentir un orgasmo lento, profundo. Lo sentía venir como esos terremotos que sientes avanzar y que no puedes evitar su avance, pero a cámara lenta, super lenta. De nuevo me movía de un lado a otro al ritmo que ella me imponía. Sus ...