1. Ironía por duplicado


    Fecha: 13/10/2018, Categorías: Anal Sexo en Grupo Autor: EvaManiac, Fuente: xHamster

    ... repente.“¿Estás bien?” me preguntó Ana.“Sí, creo que he bebido demasiado hoy”, le respondí consciente de que era una respuesta falsa.Mirando a Akim desde la esquina del lugar, desde la mesa en la que nos hallábamos, supe reconocer cada detalle físico que, en su momento, me había poseído salvajemente. Aquellos pensamientos que aún me ocupaban esporádicamente desde entonces, se estaban reuniendo en uno solo, haciendo que mi propio estado físico cambiara radicalmente de talante para pasar a calentarse progresivamente. Intenté disimular mi interés por el personaje y, de vez en cuando, me reincorporaba a la tertulia y a las risas. Esto ejercía, a su vez, de extintor a las llamas que estaban prendiendo bajo mi ropa interior. Realmente no esperaba esta reacción fisiológica propiciada por mi mente puesto que, como he dicho antes, Santi y Akim eran ya una experiencia finita. El problema es que mi chocho tiene ideas propias. Y mucha hambre.Pasaron los minutos e intuí que Akim no iba a dirigirse a mí para nada. Sin duda me había reconocido, pero no parecía interesado en saludar siquiera. Su carácter misógino y su cultura machista le impedían comportarse como una persona educada o, como diríamos en sociedad, “como un caballero”. Por un lado celebré esa pose suya, no se me ocurriría cómo abordar la situación y, sobre todo, no sabría cómo presentar ese gigante a mis amigas Ana, Mónica y Esther. ¿Qué les diría? “Os presento a Akim, un amigo de las minas de azufre”... o “este es Akim, ...
    ... chicas, el empalador de Transilvania”. ¡Nah! Mejor así. El contrapunto inapropiado a todo esto es que el cabrón de mi coño iba diciendo “au au auuuu”. Pero ni caso.Akim y su amigo estaban de pie en la barra, tomando unas cervezas y echando las miradas a unas y a otras. En ese sentido no destacaban del reto de varones: iban de caza. Y mi estúpido orgullo no iba a permitir eso. O sea, ¿este cabrón se atrevía a dejarme la cara hecha unos ciscos dos meses antes y ahora ni siquiera me iba a decir “hola”? Ni de coña. Me excusé con mi grupo y me levanté para dirigirme hacia la barra con la intención de “pedir otra copa”. Mi aspecto era muy seductor, cuando salgo por la noches intento ser siempre el objeto de deseo de los machos alfa en busca de carnaza fácil. Era un juego al que me gustaba apostar para luego hacerme la estrecha y resistirme lascivamente a cualquier oferta. Lo cual me obligaba a volver a casa sola y más caliente que el palo de un churrero. El onanismo diario era lo que regulaba mi temperatura para el resto de la semana. Esa noche recuerdo que llevaba el pelo recogido con un lazo de estampado británico, una blusa blanca con ribetes de encaje, una minifalda a juego con el lazo y unos leggins granate que llegaban a la parte alta del muslo. Mis armas eran, sin lugar a dudas, de destrucción masiva.Me acerqué a la barra y me coloqué al lado de Akim.“Dos mojitos más”, por favor, le solté al camarero. “¿No vas a saludar, Akim?”“Hola Eva. ¿Para qué voy a hacerlo si ya has tomado tú ...
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