1. Ana y su manera de pedir perdón


    Fecha: 21/10/2018, Categorías: Anal Sexo Duro Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... Se quedó quieta, gimiendo muy suavemente. Yo comencé a moverme entre sus redondas nalgas hasta conseguir enterrar mi verga totalmente en tan apretado orificio anal…Una vez superado el dolor inicial, Ana por fin relajó sus músculos y empezó a disfrutar de la cogida anal, acompañando los movimientos que cada vez se hacían más rápidos por la proximidad de mi propia eyaculación…Pude sentir que ella jugaba sus dedos dentro de su clítoris. No pude aguantar más y mi verga empezó a descargar chorros de semen caliente en el fondo de sus entrañas; mientras Ana apretaba sus músculos como queriendo exprimir hasta la última gota de mi leche…De repente Ana aulló con sus dedos enterrados en la vagina y mi verga empalada en su culo, dejándome saber que otro orgasmo estaba recorriendo su cuerpo…Quedamos exhaustos y acostados boca arriba en la cama, tratando de recuperar el ritmo de la respiración. Me imaginé que Ana estaría satisfecha con semejante cogida: pero mientras lo pensaba, ella se apoderó de mi pija fláccida y se la metió en la boca…Cuando consideró que ya estaba bien endurecida, se montó a horcajadas sobre mi cuerpo, enterrándosela hasta el fondo en la primera sentada y comenzó a cabalgar frenéticamente con los ojos cerrados y la boca ...
    ... abierta, gimiendo suavemente…Se acostó sobre mi pecho y me susurró al oído que me amaba, que era muy feliz de tenerme y que lamentaba mucho que ese carnicero pudiera dominarla de esa manera tan salvaje… Su verga era irresistible y sus maneras ordinarias la hacían sentir una esclava dominada en sus manos.La miré a los ojos y le dije que todo estaba bien. Entonces ella sonrió aliviada y comenzó a moverse con mayor ímpetu, subiendo y bajando sobre mi verga bien lubricada; hasta que de repente se quedó inmóvil y explotó en un intenso orgasmo, dando alaridos de placer y derramando una abundante cantidad de sus flujos que se deslizaron sobre mi cuerpo.Viendo cómo ella gozaba, mi verga explotó también dentro de su vagina inundándola con otra descarga de semen caliente…Ana continuó moviéndose lentamente sobre mi cuerpo, hasta alcanzar otros dos orgasmos casi consecutivos. Luego cayó exhausta a mi lado con sus ojos cerrados y quedó desmayada hasta la mañana siguiente.Yo acaricié su cuerpo; deslicé mis dedos entre sus labios vaginales enrojecidos y aspiré el olor a sexo que emanaba su piel.Después me levanté para saborear un vaso de whisky, mientras pensaba que, tarde o temprano, Anita no podría resistir la tentación de entregarse otra vez al carnicero… 
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