Anita y la calentura en un pub - Relatos Eróticos

Anita y la calentura en un pub

Esa noche fuimos a un pub.Ana se había puesto una breve pollera blanca y tacos altos que realzaban sus espectaculares piernas. Además una remera negra bien pegada al cuerpo, que marcaba sus infernales tetas dentro del escote.Apenas nos acodamos en la barra, aparecieron dos pibes muy bien vestidos y simpáticos, que hablaban y se reían constantemente.Por supuesto no le quitaban los ojos de encima a Anita, que se movía al compás de la música, cada vez más provocativa.En un momento mi esposa me dijo que iba al baño.Uno de los pibes se me acercó, para decirme que mi mujer estaba muy buena. Entonces reapareció Anita a mi lado.Se notaba que estaba excitada al verme conversar con estos flacos, que se llamaban Javier y Marcos.Apenas los presenté, Marcos se puso a bailar con Ana, tomándola por la cintura y mirando descaradamente su escote.Después Javier le acercó un trago y ella lo aceptó, dejando que el flaco la rodeara por la espalda y la apretara contra la barra.Ana en lugar de protestar, se reía y me miraba de reojo.Además de dejarse acariciar, mi mujercita no dejaba de susurrarles al oído cosas que, obviamente, yo no podía oír.En un momento los dos flacos la rodearon y comenzaron a meterle mano sin que yo pudiera evitarlo.Así continuamos por un buen rato, tomando tragos y conversando, mientras los dos tipos franeleaban a mi esposa cada vez que podían.Fui hasta el baño y, al regresar, me encontré a Javier besando a Ana.Ella tenía su espalda apoyada en la barra y él tenía su ...

... rodilla entre las piernas de mi mujercita, mientras sus manos la toqueteaban por todos los rincones de su cuerpo. Metía sus manos por debajo de la falda y seguramente estaba acariciando las nalgas casi desnudas de ella.Marcos apareció por detrás y sugirió que saliéramos de allí. Anita encaró hacia la salida, con los dos flacos a cada lado, manoseándole el culo.Yo los seguía, mirando el bamboleo de caderas de mi mujercita.Llegamos a nuestro auto y Javier ordenó que manejara yo, mientras ellos dos subían al asiento de atrás con mi esposa.Ella comenzó a matarse a besos con Marcos, mientras él le sobaba las tetas por encima de la remera. Ana comenzó a retorcerse y entonces Javier aprovechó para bajarle la tanga hasta los tobillos. Enseguida le levantó la falda hasta la cintura, dejando el culo de Ana totalmente expuesto.Javier me ordenó que arrancara y me dirigiera para la zona norte.Al detenerme en el primer semáforo, volví a mirar hacia atrás.Anita ya estaba sin la remera, con sus pezones bien erectos.La falda también había desaparecido, quedando vestida solamente con sus zapatos de taco.Marcos ahora la tenía subida a su regazo y le lamía las tetas, mientras sus manos acariciaban la cola de Anita.Ella disfrutaba, abriendo bien sus muslos para sentir entre ellos todo el paquete del flaco. Suspiraba y gemía, mientras intentaba abrir la bragueta de Marcos.Sin dejar de manosearla, él le preguntaba si le gustaba el bulto y le decía que iba a gustarle más cuando lo chupara y más todavía ...