1. Los demonios de Yahir, Cuentos de media noche II "La despedida"


    Fecha: 25/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Diosdelagua, Fuente: SexoSinTabues

    ... gloriosos donde sus mordidas quedaron marcadas en mi piel al igual que sus caricias, Pero sobre todo yo estaba marcado por el, Siempre seria de su pertenencia. En ese momento Eduardo comenzaba a suspirar y a gemir para anunciar su venida, comencé a masturbarme para terminar la mismo tiempo que él, mi cuerpo temblaba al escuchar los gruñidos de mi primo como de costumbre, en el pecho se hizo presente ese cosquilleo mientras eyaculaba sobre el abdomen de mi primo y el terminaba en mi pero dentro del condón. Lo bese una y otra vez hasta casi quedarme sin aire, me dolían las mejillas de tanto besarlo pero no quería parar, él solo recorría sus manos sobre mi cuerpo mientras escuchábamos como las manecillas del reloj hacían ese sonido indicando que los segundos avanzaban, se podría decir que esa vez fue cuando hice el amor con Eduardo de la manera más perfecta. Eduardo me dio un regalo muy especial, una fotografía que nos habíamos tomado el día previo a mi cumpleaños, tenía un marco color plateado muy hermoso, dijo que él se quedaría con una y esa era para mí, para que cuando lo extrañara mirara esa foto y me sintiera mejor. — Te voy a extrañar mucho Lalo, nunca me olvides que yo nunca te olvidaré, te amo. — Le dije mientras lloraba y me pegaba a uno de sus costados, él se agacho para abrazarme y escuche que él también estaba llorando “ Ya no llores enano, no es para tanto, vendré en navidad y el próximo verano además sabes que jamás te olvidare, pórtate bien y crece libremente, ...
    ... no llores por mí y siempre sonríe porque así me haces saber que estas bien, yo voy a estar en tu corazón siempre que me necesites, no es adiós sino hasta luego” Esas fueron las últimas palabras que me dijo, después sonó la bocina de la camioneta de mis padres apresurando a mi primo, me dio un beso en la mejilla mientras yo apretaba mis manos que tocaban su espalda, me despegué de él y sentí un calor en mis brazos como si me hubieran arrancado los huesos. Simplemente el salió lentamente, cerró la puerta mientras movía su mano de un lado a otro para despedirse, me dejó allí en la puerta de la casa mientras escuchaba como entraba en la camioneta, me fui a la sala donde por la ventana de esta observe como la camioneta de mis padres se alejaba con la persona que más amaba dentro. Busqué ese estúpido vehículo hasta que se perdió en el camino, me dolía el corazón pues había sido destruido por las circunstancias. Me senté en el suelo de la sala mientras el reloj se reía de mi diciendo que no pude hacer nada para detener el tiempo ni para detener a mi primo, allí en el suelo me senté a llorar hasta que mis ojos no pudieron más diciendo que algún día él regresaría, algún día Eduardo iba a regresar. Pero él no lo hizo nunca, nunca más volvió… Pasaron los días y pronto las llamadas diarias se convirtieron en una de cada tres días, luego solo de fines de semana, con la esperanza de que el trabajo o cualquier cosa que él estuviese haciendo lo tuviese libre los sábados o domingos, pero no, ...
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