1. La sumisión de Raquel III


    Fecha: 26/10/2018, Categorías: Dominación Incesto Autor: sireleo, Fuente: CuentoRelatos

    ... su café y lo eche en el plato, colocándolo a mis pies. -Este es tu sitio, mientras seas nuestra criada comerás y beberás en el suelo, sin usar las manos puta. En ese momento Ana abrió los ojos como esperando que su hija se negase o se revolviese, pero para asombro de ambos, pues yo también esperaba que se negase, se limito a asentir como la cabeza y contestar “lo que los Señores deseen”. -Raquel.- Les sirvo yo el café o se lo van a servir los Señores? -Sírvelo tú perra, a mi con leche hasta arriba y a tu Señora solo como a ella le gusta. -Raquel.- Ahora mismo Señor. Nos sirvió los cafés y nos acercó las pastas y rápidamente se puso de rodillas delante de su plato. -Raquel.- Puede su sirvienta tomar ya su café Señor? -Si perra puedes tomar tu café y cuando acabes te quiero de rodillas con el culo pegando a los talones y esperando a que nosotros acabemos. Ana solo observaba y estaba alucinada al descubrir que su hija no solo era sumisa, también tenía mucho de esclava. Con mucho trabajo pero con agilidad se tomo su café a sorbos y cuando termino se puso tal y como yo le dije, mientras Ana y yo nos lo tomamos con calma, sin prisa y comentando lo sucedido hasta ese momento, sobretodo la reacción de Raquel, pues Ana jamás se pudo imaginar el grado de sumisión de su hija, yo visto lo visto le dije que posiblemente siempre ha sido así, pero dentro de su relación, por lo que estaba totalmente entregada a su marido, y solo hizo falta un pequeño empujón para descubrirse como esclava, ...
    ... porque era como ella se sentía cómoda, y posiblemente las faltas de respeto y voces que le daba a veces, lo hacia inconscientemente buscando una respuesta como la que recibió, y si lo hacia con Ana era simplemente por miedo a la reacción de su marido, miedo a que la dejara, por eso se aprovechaba de Ana, porque sabia que era su madre y lo máximo que recibiría seria un castigo en forma de bofetada. Ana aun incrédula le costaba ver y entender lo que yo le estaba diciendo, pues no entendía el porque, pues no le hacia falta el marido para vivir, pues todo era de ella y la empresa donde estaba Luis era del padre de Raquel. Pero no es la necesidad económica, es la necesidad de tener a alguien a quien servir, que la guié, que le diga que hacer, solo que la ignorancia y el miedo al que dirán no le permitía ir más allá, llegar a donde llego ayer. Y por eso ahora se siente feliz y realizada, sin querer y sin esperarlo ha encontrado lo que sin saber buscaba. Una vez terminamos Ana y yo de tomar el café, le ordene a Raquel que retirara todo y que lo dejara todo limpio y una vez lo hubiese hecho que regresara a la salita. -Raquel.- Si mí Señor lo que Ud., desee. Mientras le pedí a Ana que me desnudara y empezara a lamerme el cuerpo, pues ver y lo más importante sentir la entrega de Raquel me tenia muy excitado, y no solo era yo, Ana también estaba encendida, sentía su respiración agitada y deseando continuar sometiendo a su hija. Una vez me hubo desnudado empezó a lamer todo mi cuerpo, pero ...
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