1. Confidencias 27 Increíble cuarteto


    Fecha: 01/11/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... fija en lo que mi primo hacia, con la mano izquierda tapaba su propio bulto y con la derecha me acariciaba el pecho. Se dio cuenta de que estaba despierto y apartó la mano del paquete que se mostraba tremendo, como para romper la tela del bañador de pata corta que llevaba. Me miraba hipnotizante y vi la mancha de precum que manchaba el bañador donde se le marcaba la gorda cabeza del glande. Cogió uno de mis pezones con los dedos apretando hasta que sentí dolor y emití un quejido donde se mezclaba el dolor con el gozo. Miré un momento a mi primo y cómplice me guiñó un ojo, con un obsceno gesto abriendo la boca simulando que comía la verga de Alberto. Me levanté para colocar la cabeza sobre los duros muslos de mi novio, con la cara pegada sobre la humedad de su bañador, al oler su aroma tuve una rápida erección. Con la mano izquierda acaricié la dura polla arrancando un gemido de su boca, la fui sacando retirando el bañador con esfuerzo hasta lograr que el gordo capullo apareciera sobre la tela. David no aguantó más y se colocó de pie bajándose bruscamente el bañador hasta los pies, se lo sacó y sujetó el pene con la mano, me lo acercó a la boca y su orden restalló como un latigazo en el aire. -¡Cómela! La sujetaba por base apretándose los huevos hasta dejar la piel tirante, golpeó con la polla en mi cara y en la boca para que la abriera. Lo hice con gusto, encantado de obedecer la imperativa y dura orden. Le aparté la mano para sujetarle con la mía derecha, palpitaba de ...
    ... excitación. Lo que le hacía mi primo a Albero le había llevado al límite, la pasé por mis labios besando cada centímetro, por la cara pegándola e ella, por el cuello, por la oreja queriendo meterme el glande. Iba dejando un reguero de precum por mi piel que me volvía loco. Adoraba esta verga deliciosa, caliente y abrasadora, dispensadora de placer para mi boca. Quería tenerla en todas partes, sintiendo su calor y suavidad, pero la llevé a la boca para comenzar a lamerla antes de meter el gordo glande y dejarlo pegado al paladar extrayendo su jugo delicioso. Comencé a tirar de mi bañador para liberarme la polla, las dos cosas a la vez, chupar el caramelo caliente y gustoso de la verga de mi chico y una vez quitado el bañador acariciarme los huevos. Sentía la verga dura y sacando mis propios jugos resbalando por el fuste. Mamé unos minutos metiéndola toda ella en mi boca, o simplemente el dulzón capullo disfrutándolo, rodeándolo con la lengua y moviéndolo en la boca, como un caramelo ácido que me forzaba a producir abundante saliva. David no se movía de su altiva postura de pié ante mí, como si fuera una poderosa estatua, solo gemía y proyectaba la cadera cuando deseaba que mi boca le sirviera de vagina. Me sujetaba a sus duros glúteos gozando cuando los apretaba para hincar la verga en mi garganta. Me tomó de los hombros y me tumbó sobre el banco, me abrí para acoger el cuerpo del hombre fuerte que me cubría por completo. Sentía necesidad de mi hombre, de la verga de mi semental ...